Capitulo treinta y seite: Última noche

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Narra Pedri

Mis labios casi se rozan con los de Carla y es cuando noto lo mucho que mi cuerpo ansia contacto con ella, por lo que intento retener el impulso separándome un poco y es cuando me paro a mirarla, veo como ha cerrado los ojos para dejarse llevar.

Dirijo mi boca hacia su oído.

—Estas loca por besarme —le susurro con delicadeza.

De repente abre los ojos estos mismos transmiten furia. Parece tan enfadada que hasta me da miedo como pueda reaccionar.

Sin querer veo como las gotas de agua le resbalan por el cuello hasta que se pierden en las líneas de su escote, cosa que no ayuda para intentar controlarme.

—IMBÉCIL —dice para después pegar un pequeño grito de rabia.

—¿Tanto te ha dolido que no te bese? —pregunto sonsonrrón.

—No quería besarte —replica.

—Ya, claro.

Salimos de la ducha mientras que me insulta veinte veces por minuto. Increíble la capacidad que tiene para no repetir ningún insulto, en serio me llega a parecer hasta fascinante, es como un diccionario de groserías andante.

—Me debes ropa nueva —me exige en regañadientes.

—Has sido tú la que querías ducharte —le espeto.

Para quitarnos la ropa con las esposas la hemos tenido que cortar por la mitad. Literalmente, las prendas han sido  cortadas por tijeras. No había otra manera para poder ducharnos sin ropa.

Es imposible quitarte la ropa cuando estas esposado con alguien, simplemente te queda la opción de romperla.

Carla agarra el secador y opta por secarse la ropa interior con él. Dice que no piensa cortarla también y que tampoco se va arriesgar a que la mire desnuda.

Ruedo los ojos, no se cuando se va a enterar esta chica de que no me interesa ni lo más mínimo.

—¿Nos vamos a quedar asi? ¿En ropa interior? —me pregunta juntando las cejas.

—No hay otra opción, es imposible ponerse ropa con las esposas.

—No hay otra opción, es imposible ponerse ropa con las esposas

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—¿Y vamos a dormir así?

—Si —afirmo sin pensar en las consecuencias.

Carla se aclara la garganta incómoda, y antes de que pueda replicarme nada agarro el móvil y la mando a callar porque tengo que hacer una llamada importante.

Marco el número y a los varios tonos por fin contesta.

La voz de Gavi resuena a través de la línea.

—Pedriiiiiiiii —dice emocionado por la llamada.

—Gavi tío, tu venías mañana a recogerme ¿no? —pregunto para confirmarlo.

GOL ( Pedri González )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora