Capítulo Dieciocho

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La puerta de madera por la que había pasado tantas veces en su infancia, el aroma peculiar a flores y cenizas en la entrada. Absolutamente todo seguía igual que el día que decidió escaparse de ese lugar y hacerse una vida por sí mismo. Con la gran diferencia de que ahora no se sentía deprimido ya que estaba codo a codo con su más grande tesoro, el cual le daba toda la energía para estar de pie.

—Estoy contigo Yeol. —Kyungsoo tomo la mano del alto haciendo que este le viera, compartieron una sonrisa cargada de ternura y comprensión. — Esta vez no estarás solo, yo seré tu luz en la oscuridad.

Chanyeol abrió un poco la boca, estaba más que sorprendido por las dulces palabras de su novio. El mero hecho de que ahora Kyungsoo fuese su pareja era como si en una vida pasada hubiera hecho demasiadas acciones buenas, el escucharle ser cariñoso con él se igualaba a un grandioso sueño. Uno mágico.

El pulso del rubio se regulo, apretó levemente la mano del omega sintiéndose seguro por primera vez. Sus padres nunca le buscaron de pequeño, jamás intentaron solucionar las cosas y mucho menos se interesaron de si incluso estaba con vida.

Vivian en la misma ciudad, por lo que no le sorprendía que ahora supieran de su carrera como abogado, pero no hicieron el esfuerzo necesario para si quiera pedirle perdón. Y si él los buscaba ahora, era solo para cerrar ese pesado ciclo de violencia no para intentar sanar la relación, ya que, en este caso nunca existió la susodicha.

Hacerse una fortaleza para él, para Kyungsoo y la familia que deseaban formar juntos era su mayor prioridad.

—De acuerdo... si no te sientes cómodo nos vamos de una vez. — Kyungsoo asintió, apretó el botón de la entrada escuchando el sonido agudo, seguido de una voz en el fondo.

—Si te dicen alguna tontería... solo he de mencionar que algunos policías me deben unos cuantos favores así que tengo ese frente cubierto. — Chanyeol miró a su novio, la forma en la que apretaba la mandíbula y su aroma se volvía uno territorial intentando protegerle era increíble. Eso le pareció tierno, se agacho solo un poco para dejar un suave beso en su mejilla.

Hubiera deseado poder pronunciar palabras que tranquilizaran a Kyungsoo, pero todo se quedó atorado en su garganta cuando la puerta se abrió dejándole ver a su padre omega. Sus piernas tambalearon, la lengua le peso y sintió gotas de sudor fría recorrer su espalda. Ese pánico tan familiar que siempre sintió cuando le veía de joven volvía a su cuerpo.

—¿Chan...yeol? —El hombre al cual Kyungsoo veía por primera vez aparentaba ser alguien amable, aunque él sabía que no era el caso. Resaltaba su piel muy blanca, cabello rubio algo largo, pero bien peinado, orbes negros y profundos. Pocas arrugas alrededor de sus ojos y boca. Sin duda un omega muy guapo.

Kyungsoo miro con el rabillo del ojo a Chanyeol, para luego volver a mirar al hombre frente a él. Eran terriblemente idénticos.

—Mamá...— Chanyeol agacho la cabeza, mordió su labio y negó. Kyungsoo comprendió el porque su novio no decía mucho sobre esa persona, decirle 'madre' a un hombre omega era habitual en las familias de clase alta, una práctica muy bien vista entre las personas elitistas y por lo que parecía en los de sangre pura.

Ambos se quedaron en completo silencio, Kyungsoo sintiendo la mano de Chanyeol temblar contra la suya. Se le partió el alma, pero estaba ahí para ayudarle a mandar al carajo a esos dos irresponsables.

—Mucho gusto. — "Realmente el gusto sería darle un puntazo en el cuello", pensó rápidamente Kyungsoo. — Soy el abogado Do Kyungsoo, novio omega de su increíble hijo alfa Park Chanyeol. — Estiro su mano derecha, el hombre frente a él la sujeto rápidamente.

—Es... es un gusto, soy Park Seojoon. — El hombre le sonrió a Kyungsoo para luego soltar su mano, ladear su cuerpo y señalar el interior. — Vamos, no se queden ahí. Tú padre está en la sala.

Juicio Biológico || ChanSoo[Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora