Capítulo Treinta y Uno

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El sentimiento extraño de estar de pie por primera vez en un estrado había sido la sensación más atemorizante a sus cortos veintitrés años. Ahora podía afirmar que el terror de ese momento no se igualada al estar sentado cerca a Kyungsoo mientras esté fruncia las cejas cada que una persona se acercaba con un nuevo mostrarío de pastel de bodas. Y joder que él ahora estaba más cerca de los treinta, y aunque su prometido era menor que él su presencia era inigualable.

—¿Sabes que detesto, amor? — Chanyeol miró con atención a Kyungsoo, la forma en la que su bonita nariz se arrugaba y su lengua no dejaba de humedecer sus labios. Conocía esa expresión a la perfección, su precioso chico estaba irritado. El rubio emitió sólo un pequeño sonido indicándole que estaba prestándole total atención, su cabeza la apoyo en su mano y sonrió. —Los pasteles de boda son bonitos visualmente, pero saben a mierda.

La mano libre de Chanyeol dio a parar sobre la mesa, su risa semi muda hizo que el mal humor de Kyungsoo se fuera al diablo. El de grandes ojos sonrió alegremente al notar como las diminutas arrugas cerca de los labios del alto se generaban, como el dulce aroma del alto inundaba su nariz y la calidez del alma de su prometido le hacía sentir mejor.

—Mi vida, no todos saben horrible. Estoy seguro que encontraremos el sabor ideal.— Por fin respondió Chanyeol cuando logro calmarse un poco. —¿Qué estas buscando exactamente? Yo me siento más que conforme si tiene un toque de vainilla, siento que es un sabor que queda con todo y ninguno de nuestros invitados es alérgico a el.

Kyungsoo acarició su barbilla y suspiró, Chanyeol tenía razón en ese punto. Recostó su cabeza en el amplio pecho del alto aprovechando que estaban sentados uno al lado del otro y sin interesarle las miradas curiosas de los empleados del sitio se dedico a cerrar los ojos y disfrutar de la calidez que inundaba su cuerpo.

Chanyeol era tan grande, quería ser abrazado por él para toda la vida. Le hacía sentir como un niño comiendo helado por primera vez y al mismo tiempo tener los pies en la tierra agradeciendo ser no sólo Do Kyungsoo, sino el hombre que amaba su precioso chico de grandes orejas.

—Quería algo relacionado con las frutas, pero según algunos comentarios el pastel se dañaría a las pocas horas. No quiero tener que quedarnos encerrados en la habitación, pero no por estar haciendo el amor sino por un dolor de estómago. —Chanyeol acomodo mejor su cuerpo, sus brazos rodearon el cuerpo del omega y acarició su abdomen.

—Podemos tener un pastel sencillo y pedir fresas con chocolate para nuestra habitación de hotel. Imagina la escena mi pedacito de cielo. —Kyungsoo dejó caer su cabeza hacia atrás, y sonrió cuando su peso fue sostenido por el alto. Estaba a punto de mandar al demonio el catálogo enorme de pasteles y mejor devorar a su alfa.

—¿Qué escena debo imaginar, bebe? —Chanyeol miró de reojo hacia los empleados que comprendieron que lo mejor era dejarlos solos por un momento. Las manos del rubio se colaron por el suéter blanco de Kyungsoo, sus tibios dedos recorrieron la suave piel del bajito.

—Una escena en la que tu eres mi fresa, y el chocolate tibio baña tu piel.

A medida que las palabras salían de la boca de Chanyeol como leves susurros sensuales, sus ágiles manos apretaban las zonas erogenas en el cuerpo de Kyungsoo. Era demasiada tortura para el omega que decidió levantarse rápidamente del asiento y sentarse de mejor forma sobre las piernas del alto. Sus rostros rozando, ahora los largos dedos de Chanyeol jugueteando en su espalda.

—Mmm, dime más bebe.

Chanyeol inclinó su cuerpo, mordió el lóbulo de la oreja de Kyungsoo y susurro en voz baja.

—Follarte mientras la crema chantilli se escurre por tu trasero. Voy a recorrer todo tu cuerpo con mi lengua, mis dedos dentro de tu apretada entrada mientras el jodido sonido húmedo rebota por las paredes.

Juicio Biológico || ChanSoo[Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora