Capitulo 5

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Estábamos los tres sentados en una mesa en la cafetería, que estaba en la terraza del local, donde ahí se podía ver la hermosa tarde de primavera en tal ciudad, con el canto celestial de los pájaros andantes.

A Robert y a mi nos trajeron lo pedido correctamente, pero a Anna no, asique con delicadeza se deslizo sutilmente de la silla y fue a reclamar que lo sucedido, dejándonos a solas a Robert y a mi. Me di cuenta que es un hombre muy oportunista, porque aprovecho la situación donde Anna nos había dejado y con cautela me introdujo un papelito adentro de mi mano que tenia el puño cerrado, lo empujo con sus dedo índice y lo retiro después de haber hecho un circulo adentro de la misma, cuando volvió mi amiga, el se acomodo en su lugar depositandome una mirada con el ceño fruncido, muy serio pero con una sonrisa de costado sin mostrar su dentadura.

La situación me puso incomoda, haciéndome acordar a mi novio, en lo lindo y necesario que seria que estuviera acá, y poder haber evitado este momento que me había dejado perpleja, muda, ¿por qué había hecho eso?, ¿qué se traía conmigo?, es un caradura y sinvergüenza, ¿acaso no ve a su novia?, un momento... EL PAPELITO... ¿qué decía?...  reprochó mi conciencia.

Estaban hablando de... de.. ay, me distraje tanto pensando en el papelito que note como la sangre y toda la preción se acumulaban en mis cachetes, Robert lo noto asique me pregunto EL MUY CARADURA ME PREGUNTO COMO ME SENTIA, afirme que estaba bien con una sonrisa falsa, mientras que Anna me miro y pregunto:


-No sera que te acordaste del señor "R"?


R: Señor "R"?


Anna solo se acerco sigilosamente al oído de su marido y le secretio algo del cual hizo que Robert me mirara seriamente, fulminándome con sus ojos color cielo, e hiciera su típica sonrisita de costado e hiciera un sorbo de su café, mientras Anna sacaba tema de conversación lo cual estaba muy interesante del tema que sea que estaba hablando, Robert empezó a acariciarme la pierna con la suya y eso a mi me ponía incomoda, el disfrutaba de la situación en cual me ponía, lo se, me lo hacia sentir con su mirada, todo el tiempo.


-Disculpen, pero necesito ir al baño un momento- dije parándome, ellos asintieron. Cuando entre el baño, de inmediato saque el papelito de Lewandowski, que se encontraba en mi chaqueta.

¿Se imaginan lo que contenía no? siii, exacto! su numero de celular, ¿POR QUÉ HIZO ESO?


-Porque te deseo- mascullo una voz masculina sensualmente en mi oído derecho, sintiendo su respiración a CENTÍMETROS y agarrándome las caderas por atrás de mi...

Sindrome de estocolmo, Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora