Sindrome de estocolmo, Robert Lewandowski

Capitulo 32

Una araña gigante, de fondo negro a rayas coloridas chillonas mas bien conocida como una tarántula peluda, con enormes piernas largas y muchos ojos juntos me dejaron sin habla, parecía como si la hubiesen golpeado con un zapato porque algo se movía, pobre animal, la golpearon y se estaba muriendo por falta de oxigeno, el miedo recorrió todo mi cuerpo dejándome inmóvil como si la misma reviviese y se pasearía por mi brazo, avanzando lentamente clavándome sus vellos en mi frágil piel, avanzando con cautela hasta mi hombro  derecho y allí colocándose cerca de mi cuello y allí clavándome sus colmillos provocandome una hinchazón inyectándome una toxina nada peligrosa pero con un dolor insoportable pero no mas que mi pánico por las mismas, mas que pánico fobia. Luego me la imaginaba recorrer mi espalda desnuda, provocandome que mi espalda se arquee al sentir sus pelos recorrer mi piel, donde sabia que en cualquier momento clavaría sus colmillos en mi cadera derecha.

Yo sin poder defenderme, dejándome invadir por mi mente por todo lo que maquinaba al dejar abrir la caja de regalo de Robert, yo no entendía nada, no supe nada, no se si esto involucra a Anna, ya me sentia aturdida, odiaba con mi alma a este hombre, ahora estaba segura, pero Lukas tiene mucho que ver en todo esto. 

El miedo invadió todo mi cuerpo como la toxina que producía una mordedura de una como esta, menteniendome fuera de la realidad, perpleja, agotada dura, con el corazón que me latía mas de lo normal, sabia que esto iba a traer malas consecuencias, no iba a poder dormir, es horrible la sensación que circulaba por mis venas y arterias, sentía que me iba a morir, lo peor de todo es que por tanta desesperación yo seguía mirándola mientras que esta estaba adentro agonizando, no podía verlas ni en fotos, menos en vídeo y si lo hacia en persona era capaz de desmayarme, no podía pedir ayuda, el miedo estaba atorado en mi garganta en forma de nudo, y como pude hacerlo trataba de pronunciar desgraciadamente el nombre de Robert, pidiéndole ayuda, como si el me pudiese ayudar y si pudiese venir ahora mismo, pero por mas que me esforzara, mis intentos fueron en vano, mientras mas fuerte me pedía mi cerebro que grite, mas lento y disminuido era mi pedido de ayuda.

-Roo-bertt!, Roo-bertt- intentaba de decir yo, es lo primero que se me vino a la cabeza, mi verdugo, pedirle ayuda a mi verdugo, A QUIÉN SE LE OCURRIRÍA UNA COSA SEMEJANTE?,el miedo no me dejaba pensar, ni gritar, ni actuar, realmente había quedado paralizada, mientras que por fin la tarántula murió, ya que había dejado de mover su pata trasera, toda acurrucada por el golpe que le habrán dado

-ROOOOOBERRRRRRRTTTTT- gritaba yo cada vez mas despacio, como si me estuviese muriendo de hipotermia y el frió congelase mis pulmones 

-AYUUUUUUDAAAAAAAAAAAAA- pude soltar el grito un poco mas elevado pero lo suficiente como para que alguien me oyese 

El tocaba desesperadamente la puerta, pero como iba a entrar si no tenia las llaves?, era Lukas, yo se que podía hacer lo que quiera, segura que lo iba a lograr, mas que a nada deseaba, el mismo tocaba la puerta gritando locamente mi nombre

-DAAANIELAAA, ESTAS AHI, ABRI LA PUERTAAAAA- su voz se oía rara

El empujo y empujo hasta que logro abrir la puerta, no se si la rompió o solo le quito le quito la cerradura porque había escuchado algunas herramientas tocar en esa parte peor era lo que menos me importaba, solo quería tenerlo para que me quite ese bicho asqueroso muerto de mi vista, realmente no fue un buen comienzo de día, me había levantado con las expectativas que Robert se volvería un hombre romántico por haberme regalado algo en especial, pero lo único que me ocasiono fue miedo, terror, al levantarme y abrir inmediatamente ese paquete

-Daniela?-dijo una voz cerca de mi oído agarrándome la cintura suavemente con ambas manos desde atrás, una voz muy pasiva y provocadora, quito una mano de mi cadera para tapar la caja para que yo dejara de ver esa espantosa imagen, disminuyendo esa tétrica imagen apoyando la misma en la misma mesita de luz donde se encontraba desde el principio, luego dándome vuelta para ver su hermoso rostro, para que lo contemplara y casi llorando, agarro mi mandivula para levantarmela y tuviera mas acceso para ver sus hermosos ojos azules

-Ro-o-bert?...- dije titubiando con miedo