Capitulo 13

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Cuando llegue a su inmensa mansión visualice un momento a todo mi entorno para ver si estaba Anna, pero la verdad que había muchísima gente, demasiada para mi gusto, estaba todo oscuro con música muy alta y luces de colores que le daban un efecto similar a un boliche. La verdad que no solo busque a mi amiga, si no también que busque al que tanto ansiaba ver, Marco Reus, pero la verdad es que no había ninguno de los futbolistas de ningún equipo, no se quienes eran, mi celular lo tenia en la mano ya que si por alguna razón mi acosador decidiera mandarme un mensaje lo sentiría, ya que,lo tenia en vibrador, podía visualizar la mirada de muchos hombres realmente cautivadores, y algunas mujeres de vestidos cortos, en ese momento supe que era la mejor vestida del lugar, obvio, como siempre, me dirigí a Anna cuando creí haberla visto sentada charlando con algunas chicas desconocidas en mi parecer pero un hombre del lugar tomo mi muñeca y me dio vuelta para que lo mirase, así rodeo su brazo en mi cintura e hizo un ligero movimiento de pelvis, su aroma era encantador, y vestía elegantemente pero no de traje, acerco su nariz con la mía y esbozo una leve sonrisa, cuando el momento que estaba esperando llego e interrumpió el sensual baile que hacíamos mientras nos dejábamos llevar por la música, ese hombre había sido muy cautivador, como deseaba tener algo con alguien así, extrañaba mucho a mi novio, y lo peor es que nunca me mando un mensaje, yo sabia que las relaciones a distancias no funcionan ni siquiera con el perro, mi celular volvió a sonar casi haciéndome acordar el anterior mensaje que se me había olvidado responder o ver


Veo que te estas divirtiendo con mi amigo, espero que seas así de entregada conmigo...


Estas atreviadamente sexy con ese vestido rojo que deja mostrar tus atributos...


Me quede profundamente inmóvil, enserio era entregada? o necesitada? que mal se ve eso en una mujer, no podía controlar mis hormonas quizás? Levante mi vista para encontrar a Robert cuando me llego otro mensaje acosador


Si buscas a Anna, ella se siente mal, esta en el baño, anda...


Por Dios! hace un montón que no la veía y no hablaba con ella, cómo no pregunte por ella a una de estas miles personas que abarcan el lugar? Que distraída soy. Subí las escaleras para dirigirme al baño tenia que tener cuidado porque andaba con tacos y la zona estaba muy oscuro, saque mi celular para alumbrar un poco aunque sea... Cuando vi que unas manos fuertes, masculinas mi sacaron mi teléfono de las manos y se metió rápidamente a un cuarto obviamente oscuro alumbrando con mi teléfono para que yo entrara, me asuste mucho porque no sabia de quien específicamente se trataba, me extendió su mano para que yo la tomara y en un susurro dijo:


 Daniela...


Me quede petrificada a tanta situación extraña, pero le hice caso sin tener conciencia del riesgo que podía estar corriendo, agarre su mano y el me empujo hacia el, rozando nuestros labios, automáticamente me tuvo en sus brazos el cerro la puerta con cerrojo y me acomodo en el piso para quedar yo abajo y el arriba en la total y profunda oscuridad:


-Sos vos el de los mensajes? Don de es-tá Anna?- tartamudee- Sacame de este lugar, yo no quiero nada con vos- dije con voz firme


-Tranquila preciosa- dijo acariciándome la mandivula con sus dedos, no solo la mandivula, si no también los labios,


-No me quiero tranquilizar, dejá de acosarme, y decime en donde esta Anna?


-Anna esta dormidita, profundamente, no va a despertar hasta que amanezca.


-Que le hiciste a tu esposa?- dije enojada


-Algo que también te voy hacer a vos si no dejas de interrogarme- empezó a sacarme los zapatos y bajarme el bretel del vestido para depositar un beso en mi hombro izquierdo y apoyar su mandivula en el mismo, a todo esto me gire rápidamente ya que estábamos a la misma altura y con toda mis fuerzas, levante mi brazo y le pegue una cachetada, mi respiración se altero, y en vez de levantarme y escaparme me quede ahí, inmóvil como esperando una respuesta de su parte.





Sindrome de estocolmo, Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora