Capitulo 19

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Me tape la boca con la mano cuando escuche su voz pronunciar esas palabras, no dejaba de atormentarme ni un segundo, ya no quería saber nada de el, después de lo que me hizo ni ganas de vivir tenia, quería olvidarlo, pero cuando escuche su voz tan seductoramente y jovial lo único que me salio fue acordarme se su linda mirada, fuerte, provocadora, dominante, que me hacia sentir una nenita con miedo, estaba temblando, no se como no me desmaye en ese mismo instante, sentía repulción y a la vez atracción por este hombre, yo pensé que era Ana pero no, su lindo marido se tomo el atrevimiento de llamarme en un momento inoportuno como tantos otros, quería escapar de el para no tener que recordar el mal momento, pero por otro lado sabia que iba a estar tranquila en sus brazos ya que no iba a recibir ningún mensaje abrumador ni acosador, aunque todavía me preocupara el señor de la ventana de enfrente, era todo tan raro, tan confuso

-Qué querés Robert?- dije seria y a la vez molesta

-Preciosa, quiero saber como estas después de lo sucedido o ya te olvidaste?

-Eso trato de hacer, olvidar

-Mmm, ya veo- podía ver la sonrisa siniestra que se le formaba del otro lado

-Y Ana?, por qué me llamas de su celular?

-Qué? no me vas a decir que todavía la queres?, se fue a Marruecos, o quizás este en la cama con tu ex

Ya no me importaba, pero creo que no tenia la necesidad de remarcarlo, ya creo que perdí el interés por mi amiga, así que no me afectaba, y lo de mi ex novio ya fue. No me había percatado de la persona con capucha que me estaba mirando desde la ventana pero la interrogación me supero así que no le di importancia

-Cómo entraste esa noche a mi departamento? sos un desubicado, ¿por qué me hiciste eso? ¿cuáles son tus intenciones?

-MMm... que interrogatorio, mmm, no te lo voy a decir pero te aseguro que no va a ser la ultima vez que esto suceda o que nos encontremos, se que me deseas...

La mejor idea iba ser en cambiar la cerradura y no decírselo a nadie

-Robert... yo... quiero 

-Queres verme?

no dije nada, solo emití un sonido de afirmación, no se cómo pude adivinarme, pero la sopresa se la va a llevar el 

-Lo se, no te preocupes, te voy a sorprender


Al día siguiente me había quedado profundamente dormida e iba a llegar tarde, me había quedado estudiando y supongo que esperando una llamada de Pablo, pero no, nada, así que salte de la cama y me metí a la ducha pero esta vez cerré la ventana, luego me cambie, tome un yogurt con cereales lo mas rápido que pude y ya estaba lista, cerré mi puerta y cuando salí al pasillo me lo encontré de sorpresa a Lukas, se quedo inmóvil cuando me vio, de arriba a abajo, yo también lo mire pero pase de largo por el apuro

-Se le hace tarde señorita?

Lo mire con cara de ¿qué intenciones tenes? pero solo afirme con la cabeza sin responder con la boca, seguí de largo impregnando sus fosas nasales con mi exquisito perfume dulce pero el me agarro muy fuerte del ante brazo y me atrajo hacia su pecho, no se de como no me caí por los tacos que traía

-Te hice una pregunta!- me dijo casi en un susurro y muy autoritario, cosa que me puse muy nerviosa y arruge los ojos de lo mal que estaba

-- conteste de la misma forma

-Yo te llevo en mi auto

Parecía una excelente opción para un momento como este, así que no lo pensé mucho

-No te preocupes, te dejo a la vuelta del lugar para que no se ponga celoso tu novio

AH BUE, AHORA CREÍA QUE TENIA NOVIO

-No tengo novio, y voy a la universidad

-Mejor así

Repetí lo que dijo el pero en tono de pregunta para ver a que se refería pero el solo me miro con una sonrisa misteriosa, a todo esto ya estábamos en el auto, era un audi negro muy fino y se lo veía costoso para alguien que trabaja solamente de portero.

A el lo llamaron por celular así que me puse los audifonos para que no piense que me interesa su conversación, parecía un tipo creído y muy soberbio, no me daba muy buena espina pero no tenia de otra ya que llegaba tardísimo, sus comentarios me llamaron la atención asi que decidí prestarle un poco de atención, parecía que hablaba con su jefe y se lo veía muy serio conduciendo y mirando siempre para el frente

-Si, si, lo se, me estoy fijando mucho en ella, en todo, no se preocupe señor todo sigue como al principio, solo deme tiempo

Les juro que el pánico se me quedo estancado en el pecho, no se a que se refería pero me sentí tocada

-Bueno, ya llegamos- dijo con vos relajado 

Yo no dije nada y rápidamente abrí la puerta del auto para salir del miedo, podía sentir su mirada de lujuria y cosas mas pero decidí ir rápido para mi clase y verlo a Pablo.


Sindrome de estocolmo, Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora