Capitulo 27

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La voz de un hombre hizo que me estremeciera del pánico, un escalofrió recorrió mis largas piernas blancas mientras dormía un poco después de la salida que había tenido 

-Por fin llegaste muñeca- susurraron sobre mi oído mientras acariciaba mis piernas

Instintivamente deslice mi codo hacia atrás y golpee a alguien, u algo en particular mejor dicho

-¡Qué te pasa!- se quejo el 

Salte del sillón exaltada y abrumadora al escuchar y ver a Robert que se sostenía su miembro 

AH! Robe...-alcance a decir  

Se acerco al sillón y me penetro la mirada muy amenazadora y soberbia,le brillaban esos ojos azules que hacían que me derrita por ese acoso y por tan espectacular intimidación

-Eso, te va a costar muy caro Estúpida!!-dijo tomándome de los cabellos tirando me cabeza para atrás teniendo un mejor acceso a mi cuello y boca, alzo su mano izquierda y apretó un poco fuerte mi garganta, pero no para asfixiarme, tenia su boca muy cerca de mis labios, y al mismo tiempo nos mirábamos fijamente a los ojos  

-Ro..Robert- dije un poco tosiendo-No-no fue mi inten-ción 

-Ah mira vos, te portaste muy mal preciosa, no es así este juego, te vas a arrepentir o lo podes evitar, todo esto depende de vos- dijo el cara a cara, arriba mio, teniendo todo el dominio de mi cuerpo y posibles movimientos, con ambas piernas lado a lado de mis caderas

-SOLTAME! -y seguido de ese grito me dio una cachetada fuerte haciéndome enojar aun más y haciéndome llorar del placer, me encantaba que se ponga así conmigo, nada mas importaba, me olvidaba de todos, me encantaba ese miedo que sentía cuando lo veía a el, su mirada, su cuerpo, todo de el, su actitud tan arrogante su forma repentina de aparecerse, sus labios, sus palabras de seducción, gestos que hacían que me vuelva loca, era tan bipolar, me gustaba mucho que me acosara, solo el, que me grite, que me toque, que tenga ese poder sobre mi, me hacia tan indefensa y a la vez tan tonta.

El ablando su mano y dejo de apretarme para acariciarme la zona afectada, me masajeaba, inclino su pecho hasta llegar a rozar mi nariz mientras que sostenía mis muñecas para que no me defendiera

-Qué queres de mi Robert?, por qué me haces esto?- dije con un hilo de voz, casi que me faltaba el aire, imaginensen tenerlo al increible Robert Lewandowski arriba de ustedes, que su miembro toque sus pelvis y que su nariz choque con la de ustedes diciendole cosas perturbadoras e imposibles de realizar mientras que las toca en todas partes de su cuerpo de arriba a abajo contemplándolas 

-Que me obedezcas, que te cases conmigo, y que cortes tu relación de novios patéticamente cursi con Pablo

-No me podes obligar a hacerlo- dije sarcástica

Y con una mirada fulminante que hizo darme cuenta que lo había provocado de mas y que en cualquier momento me iba a matar

-Vas a ver que si, o queres que salga lastimado?

Me dejo sin palabras, asustada y angustiada, me había dejado paralitica confundida y perpleja, sin saber que decir, profundamente anonadada e incomoda, yo lo amaba a Pablo, el era un chico increíble, no podía  dejarlo así porque si, solo por un capricho y amenaza, me dejo tan dura que solo me quede con la boca abierta y agitada, admirando la picardia y astucia de este hombre que hacia que mi mundo se detenga por cada palabra y mirada triste, desolada, donde pedía auxilio y amor, justamente lo que el no conocía, amor, la luz, tenía toda la plata del mundo pero no era feliz, y eso me ponía triste, tal vez sentía compacion y a la vez lastima, que hacia que me doliera el pecho y me brotaran las lagrimas una detrás de la otra, estaba tan confundida, ya no se ni por quién lloraba, si por Pablo o por sus aterradoras amenazas, o por su alma, un hombre como el no me podía gustar pero me atraía, en realidad creo que me gustaba, nadie me había provocado o deseado tanto como el.

-Sos un completo idio...

-Cuida tus palabras bonita- dijo mientras agarraba mi mandivula para depositar un pequeño beso sobre mis labios, tan rápido pero a la vez tan cálido, dejandome con las ganas de corresponderselo.

-No podes ejercer el control sobre mi ni estar vigiliandome todo el dia.

-Por supuesto que no, por eso mi aliado me ayuda

-Basta! dejame vivir, todo esto es por Lukas-dije llorando y haciendo fuerza para soltarme de sus manos, quería que me suelte las muñecas pero era en vano, disfrutaba de mi dolor, y esto solo hacia que me cansara mas y me agite

-No, no es por Lukas, es por Pablo- y casi a un susurro tan cerca de mi separo sus labios, saco su lengua para humectarlos y haciéndome desearlos mas que nada en el mundo dijo con un tono muy amenazador, serio como solo el sabe hacerlo, teniendo mis manos agarradas a las suyas por encima de mi cabeza, dejando una mejor vista de mi acentuado escote

-Quiero que te quede en claro que sos solo MIA, y que si no me obedeces te vas a arrepentir toda tu vida...






Sindrome de estocolmo, Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora