Capitulo 12

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Pensé que podía jugar este juego tan bien como lo estaba haciendo el, pero lo que yo no sabia era que me iba a equivocar, y que esta historia iba a acabar mal, en las peores condiciones, y sola, entienden lo que es sola? yo solo lo tenia a Robert, aunque no por mucho tiempo, pero en fin, Pablo ya ni sabia lo que era el, y yo tan ingenua, dulce e inocente caí en su trampa por elección actué con discernimiento ante el.

En realidad, como había dicho el antes, esto ni siquiera empezaba, era algo así como una pequeña introducción al trailer de una excelente película. Y me termine enganchando, dejando así mis estudios, mis relaciones sociales, y familia no tenia así que por ese lado estaba salvada, y obviamente sin mi mejor amiga Anna. Nunca tuve a nadie que me dijera por precaución que lo que estaba haciendo estaba mal, nunca se lo dije a nadie, que jugar con fuego terminaría carcomiendome la piel, el alma, la vida entera, y lo peor de todo es que me había enamorado de este hombre, al que me hizo tantas cosas, el esposo de mi mejor, mi secuestrador, el hombre que me obligo a tener relaciones con el, pero después de tanto maltrato, me empezó a gustar y todo ese mal se volvió en mi contra, ya no podía vivir sin el .



EL DÍA DE LA FIESTA:


Yo empezaba a temblar así como si fuera a rendir un parcial en la universidad, porque sabia que era lo que me esperaba, o quizás deje que me sorprenda la situación a la cual me sometía. Esa misma tarde cuando me bañaba pensaba en qué peinado seria mas conveniente para combinarlo con el vestido, luego pensaba en el maquillaje pero me di cuenta que nada de eso importaba porque el señor acosador ya estaba molestándome con una llamada a la hora de bañarme, si! justo en mi momento de relajación, aunque me hiciera escapar una sonrisita tímida, pero sabia que se trataba de un juego que pronto acabaría.


Te ves encantadora, tan inocente como siempre... ¿sos virgen? sera bueno desvirgarte- dijo sensualmente, de una forma que yo no podía controlarme, así que me quede muda.


Espero que te estés preparando para esta noche, va a estar muy divertido- dijo siniestramente, ya me lo podía imaginar con esa sonrisa de pervertido y unos ojos tan oscuros que por momentos se le cambiaban de color, de placer al hacer todo esto.


Por Anna ni te preocupes, ella no se queda hasta tan tarde...

Yo no pude mas, no podía con esto, ¿o si?, así que le termine cortando, no se que iba a decirle esta noche, alomejor estaría bueno que yo abandonase esa tonta idea de jugar al mismo juego que el y mejor, porque eso seria ya ponerme en riesgo, tal vez yo era una persona muy contradictoria conmigo misma, pero de una forma me intimidaba y eso me gustaba, luego estaba Anna, o quizás estaba en primer lugar, no se.

¿Cómo iba yo a jugar su mismo juego si ni siquiera podía responderle por teléfono? SE DAN CUENTA QUE ESTO ESTÁ MAL? MAAAAAAAL

Iba a ser mejor si yo no iba y evitar un grabe accidente, tal vez mi relación con Anna no se arruinaría tanto, por Dios, que difícil era todo esto.

Yo me sentía muy confundida, porque por un lado me llamaba la atención tener una relación con un hombre mayor. Cuando era chica, alrededor de unos 5 años, mi papa (por así llamarlo) abuso de mi mientras que mi mama se iba a trabajar, cuando ella llegó un día entro a mi pieza para saludarme y vio que yo estaba llorando desconsoladamente, y le conté, de ahí nos mudamos de casa, y siempre crecí con mujeres a mi alrededor, necesitando la presencia de un hombre, yo lo relaciono con eso, que me gustan los hombres mayores que yo por ese mismo motivo, uno que se iba a imaginar que su propio padre iba hacer el que mas daño me hiciera, como sabrán virgen ya no era, pero en otro sentido.

Nunca había estado con un hombre, pero siempre me gustaron múltiples, ese acontecimiento no tubo repercución en mi de ninguna forma, solo que hoy en día no quiero saber nada con el que supuestamente algún día fue mi padre.

A todo esto ya estaba lista para irme a la fiesta, me puse el vestido junto con los zapatos, enrule mis cabellos, delinee mis ojos, y pinte mis labios con brillo, me subí al auto y me diriji a la casa del matrimonio Lewandowski.




Sindrome de estocolmo, Robert LewandowskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora