Capítulo 133

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"¿Cómo puedes creerle siquiera una palabra a Charis?", cuestionó Ethan.

Con decepción, sacudió la cabeza.

Y es que a veces deseaba que Janet no fuera tan fácil de manipular.

"Yo sabía que ella no estaba tramando nada bueno, pero lo que dijo era cierto", replicó ella con su ojos oscurecidos.

Pellizcándole las mejillas, Ethan observó su rostro hosco con cuidado, y posando su mirada en sus labios rosados, preguntó: "¿No te parece más bien que lo que ella quiere desesperadamente es que me dejes?".

Janet giró la cabeza hacia otro lado e hizo un puchero.

"No me toque, señor Larson. Yo soy una mujer casada, y le advierto que mi marido es muy bueno peleando. Si él se entera de esto, lo arrojará contra la pared y le dará una lección". Claramente ella todavía estaba enojada con él.

No obstante, él hizo oídos sordos a sus palabras, y agarrándole la pierna, lentamente deslizó la mano hacia muy arriba entre sus muslos.

Aunque Janet llevaba jeans, podía sentir el calor de su palma y sus dedos.

Aprovechando su fuerza, Ethan bajó el asiento del pasajero, y en un movimiento, presionó su cuerpo contra el de ella.

"¡Ethan!", chilló Janet sorprendida y apretó las piernas.

"Yo soy el único que puede defenderte y también consentirte". Con eso, él le dio un suave pellizco en las piernas y luego movió sus manos hasta su cintura. Luego frotó su nariz contra la de ella. "¿A qué le temes? ¿Acaso alguna vez te he obligado? Créeme, de atreverme, ya te habría hecho el amor. Si no puedo tener tu corazón, al menos podría haber tenido tu cuerpo".

"¡Oye, no digas eso!", soltó ella en voz baja a modo de regaño. Y es que era como si el antiguo yo pícaro de Ethan hubiera regresado.

Lo cierto era que ella sabía que tampoco debería importarle lo que dijera Charis, pero no pudo evitarlo. Después de todo, esa mujer sonaba muy convincente, y como un hechizo mágico, sus palabras se repetían en la mente de Janet.

Mirando de cerca sus pestañas agitarse, Ethan le alisó suavemente las cejas fruncidas.

"Sé que todavía tienes dudas, pero puedes volver conmigo primero. Está bien si no quieres trabajar en el Grupo Larson, pero tienes que quedarte conmigo, por favor".

Esas palabras ablandaron el corazón de Janet.

Tal vez simplemente no podía decirle que no a ese hombre.

Y ahora que él la había perseguido hasta allí, nunca podría escapar de él.

Después de arreglarle la ropa desordenada, Ethan la llevó de regreso al aeropuerto.

Su avión privado había estado esperando allí durante mucho tiempo.

Esa sería la primera vez que Janet viajara en uno, y definitivamente estaba nerviosa. Tras darle un abrazo, él le dijo: "Tomarás aviones privados con más frecuencia".

Fingiendo que no lo había oído, ella se mantuvo en silencio. Además, la verdad era que no quería estar tan cerca de él.

De todos modos, no tendría más remedio que seguirle el juego y volver a su lado, pero entró en pánico al pensar en lo que haría luego.

Ya eran las once de la noche cuando llegaron a Seacisco.

Ethan la dejó frente a la villa, y sin intenciones visibles de entrar, simplemente dijo: "Puedes esperarme o descansar un poco. Hay algo de lo que tengo que ocuparme ahora en la empresa". Su rostro se oscureció al pensar en a quién tendría que enfrentar en un rato.

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora