Capítulo 149

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En el edificio del Grupo Larson en Seacisco...

Ethan miró el reloj de su escritorio y marcó el número de Janet nada más finalizar su videoconferencia.

Sin embargo, su rostro se ensombreció en cuanto se conectó la llamada. "Cariño, ¿se puede saber por qué me saluda la palma de tu mano en lugar de tu cara bonita? ¿Ocurre algo? Me muero de ganas de verte".

"Estoy aquí, cariño, pero estoy un poco ocupada en estos momentos, así que te llamaré en un rato, ¿de acuerdo? El señor Wesley quiere que haga más modificaciones en mis diseños". Janet miró hacia el teléfono una vez antes de volver a concentrarse en la pantalla de su computadora.

El tono de Ethan se volvió frío. "Cariño, ¿te das cuenta de que has estado trabajando en esos diseños más de una semana? Estás ocupada con ellos cada vez que te llamo".

De hecho, Janet solo había dormido cuatro o cinco horas cada día de la semana.

Y se notaba tanto que ni el filtro de belleza de su cámara podía ocultar las ojeras en sus párpados. Parecía agotada.

Janet asintió levemente ante los comentarios de Ethan, pero su mano no dejó de moverse y sus ojos continuaron fijos en la computadora. Si no la conociese bien, pensaría que aquel proyecto le había hecho perder la cabeza.

Ethan suspiró pesadamente. "Bueno, como estás tan ocupada, no te haré perder más el tiempo. Perdón por molestar".

Aquello pareció captar su atención, pues Janet dejó caer el lápiz digital y agarró el teléfono a toda prisa. "Oh, cariño. Agradezco mucho tu llamada, y no me habría dado cuenta de que estoy trabajando en exceso si no me lo hubieses dicho. Pero ¿sabes qué? Las críticas del señor Wesley nunca dejan de sorprenderme. Son muy constructivas y señalan muchos detalles problemáticos en los que no he pensado. Siento que un nuevo mundo se abre ante mí y que me anima a aprender cosas nuevas sin temor a ser juzgada".

Ethan la miró fijamente y vio cómo sus ojos se iluminaban de emoción a medida que hablaba. Le quedó claro que su esposa estaba disfrutando del mejor momento de su vida laboral. "Nunca te impediría perseguir tus sueños", dijo con sinceridad. "Lo sabes, ¿verdad? Pero, por otro lado, no puedo evitar pensar que tu jefe está siendo demasiado duro, y lo digo objetivamente. Incluso el departamento más ocupado del Grupo Larson no obligaría a su personal a realizar horas extras durante siete días consecutivos".

Al oír sus palabras, Janet le mostró una sonrisa dulce. "No pasa nada. Estoy más que dispuesta a dedicar horas extras para alcanzar mis sueños".

Ethan volvió a suspirar mientras negaba con la cabeza y sonreía amargamente. ¿Qué otra cosa podía hacer llegados a ese punto? Janet era libre para tomar sus propias decisiones, y él ya sabía desde el momento en que la dejó ir a Barnes, que no sería fácil traerla de vuelta a casa.

*******

Johanna acababa de llegar a casa tras su carrera matutina y se encontraba en la cocina preparando el desayuno cuando oyó unos ruidos en la sala de estar, momento en el que asomó la cabeza y descubrió que se trataba de Janet. La mujer se limpió rápidamente las manos y salió a su encuentro.

"¿A dónde vas? Ni siquiera has tenido tiempo de desayunar".

Janet ya estaba en la entrada poniéndose los zapatos. "Pasé anoche revisando todos mis diseños y si tengo suerte, el señor Wesley los aprobará hoy".

Johanna resopló preocupada. "Entiendo que estás ocupada, pero ¡necesitas comer algo!".

Le dolía el corazón con solo recordar a su hija arrastrando los pies a casa bien entrada la noche y, para colmo, también se marchaba muy temprano en la mañana.

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora