Garrett no pudo evitar gritar de dolor.
Al escuchar su grito, el rostro de Laney se puso pálido de miedo y ella le dijo: "¡No eres un luchador entrenado! ¡Sal de aquí mientras puedas!".
El hombre escupió una bocanada de sangre y miró a Greg, que estaba detrás de él. Luego le preguntó a Laney: "¿Hablas en serio? ¿Quieres que me esconda detrás de ti como ese cobarde?".
Garrett no tuvo tiempo para seguir burlándose de Greg, ya que la situación se estaba volviendo cada vez más complicada. Laney estaba sin aliento después de varias rondas de lucha y sabía que no iba a resistir mucho más.
En ese momento, la chica vio manchas de sangre en la camisa arrugada de Garrett mientras él permanecía firme frente a ella.
Aunque Laney se quedó aturdida por un instante, apretó los dientes y luchó por mantenerse en pie para seguir peleando. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Garrett le puso la mano en el hombro y le dijo suavemente: "Ponte detrás de mí".
"¿Qué?", dijo ella y lo miró con incredulidad, pero no pudo ver su rostro con nitidez porque él estaba de pie contra la luz.
"Quédate atrás. Me encargaré de esos hombres", insistió Garrett y la colocó detrás de él. Luego corrió hacia los matones, balanceando el bate de béisbol salvajemente.
En ese momento, se escuchó el sonido de un vehículo desde la entrada del callejón. Una camioneta bien equipada irrumpió en el lugar y decenas de hombres se apearon de inmediato. "¡Señor Harding!", gritaron ellos.
Al ver eso, los matones se quedaron despavoridos.
Antes de que pudieran escapar, los hombres de Garrett se abalanzaron sobre ellos y comenzaron a golpearlos hasta que los matones huyeron rápidamente.
En cuanto Laney vio que estaban a salvo, corrió a ayudar a Garrett, que no lucía bien. "Te llevaré al hospital", dijo ella.
"No es necesario. Estoy bien. Ocupémonos de tu problema primero", objetó él con calma, haciendo una mueca de dolor.
Luego se giró para mirar a Greg, que seguía escondido en la esquina. Este último estaba tan asustado que le temblaban las piernas y no podía ponerse de pie.
Garrett se acercó al hombre y lo señaló con el bate de béisbol, que aún le goteaba sangre de la punta. Finalmente le dijo: "Sabías que alguien te estaba buscando, ¿por qué le pediste a Laney que te quedes en su casa?".
Greg estaba demasiado asustado para decir una palabra.
Entonces Garrett señaló a sus hombres y advirtió: "Si no empiezas a hablar, terminarás como los matones que te persiguieron hace un momento".
"¡No! ¡Está bien! ¡Te lo contaré todo!", dijo Greg rápidamente.
Él cayó de rodillas y comenzó a balbucear: "Les pedí dinero prestado el año pasado, pero no pude devolverlo a tiempo. Los usureros me han estado persiguiendo desde entonces y no tenía dónde esconderme. Coincidentemente, me encontré con Laney en la calle. Ella siempre fue una excelente luchadora. Además, supe que se había convertido en guardaespaldas profesional, así que pensé que si se convertía en mi novia, podría protegerme de esos hombres".
Garrett se quedó atónito. Golpeó la cabeza de Greg con el bate de béisbol y dijo con desdén: "¡Eres un cobarde! ¿Querías que una mujer te protegiera?".
Laney también estaba estupefacta. Ella se encogió de hombros y dijo: "Eso explica muchas cosas".
La muchacha no había sentido nada cuando salía con Greg, y él solo le tomaba la mano en raras ocasiones sin más intimidad.
ESTÁS LEYENDO
Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)
RomanceJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de...