Al día siguiente, Garrett y Laney volaron de regreso a Barnes.
Como ya había regresado, ella le pidió a Janet que se reunieran, así que reservaron una mesa en el restaurante Beasley.
"¡Te fuiste solo por unas cuantas semanas, pero te extrañé mucho!", exclamó Janet, quien abrazó a Laney con entusiasmo.
"Prométeme que no te irás de nuevo, ¿de acuerdo? Recuerda que estás embarazada. Definitivamente, Garrett se convertirá en tu sombra de ahora en adelante", agregó ella.
Aunque Laney se había ido, nunca perdió el contacto con Janet, así que, antes de volar de regreso a Barnes, ella le había contado la noticia de su embarazo.
"Deja de burlarte de mí, Janet. Estoy muerta de miedo", le confesó la mujer con ansiedad y un puchero.
"Un bebé siempre es una bendición. Solo tienes que amarlo con todo tu corazón y dejarle el resto a Garrett. Estoy segura de que él está muy feliz de ser padre", le dijo Janet. A veces, la vida era impredecible. Laney y Garrett se habían separado, pero el bebé los había vuelto a unir.
¡Ambos estaban destinados a estar juntos!
"Si hay algo en lo que pueda ayudarte, solo dímelo. No te preocupes por nada más. Solo sé que todo funcionará entre ustedes", le dijo Janet, quien palmeó la mano de Laney, deseándole felicidad.
Esta última sonrió con amargura. "Lo dudo. Lo siento, pero no puedo evitar sentir que mi mundo está a punto de acabarse. Nunca me había sentido así. Ojalá alguien pudiera decirme a dónde me llevará este camino", le dijo Laney con un suspiro. El futuro se sentía tan incierto y desalentador que ella estaba asustada.
Al notar la mirada inquieta de la mujer, Janet sostuvo su mano con fuerza y le dijo: "No te vayas de nuevo. Ahora también tienes que cuidar a la criatura, no solo a ti".
"No te preocupes. Decidí que Garrett y yo debemos darnos una oportunidad por el bien del bebé", le dijo Laney con una sonrisa mientras se palmeaba el vientre.
"¿Te he dicho alguna vez que eres valiente?", exclamó Janet con una sonrisa.
Laney simplemente puso los ojos en blanco y se rio entre dientes.
*******
Ese mismo día, Laney se mudó a la casa de Garrett.
"No he cambiado nada en tu habitación desde que te fuiste. Puedes quedarte allí si quieres. Además, contraté a dos nutricionistas que han trabajado en restaurantes con estrellas Michelin. Estarán aquí mañana", le dijo Garrett, quien abrazó a Laney por detrás y colocó dulcemente las manos sobre su vientre.
Luego, él le dio un beso en la mejilla y le susurró: "Te prometo que seré un buen marido y un padre fantástico".
Con los labios fruncidos, Laney se fijó en las manos del hombre sobre su vientre, se volvió para mirarlo y murmuró: "¿Qué pasa si no logro manejar la presión y me acobardo? ¿Me odiarás?".
"No seas tonta", le dijo Garrett, quien la abrazó con fuerza y le dio varios besos en el cuello y en el hombro.
Laney no le dijo nada más.
Por extraño que pareciera, aunque ella ya había vivido en esa casa, en ese momento se sentía como si se hubiera embarcado en un viaje completamente nuevo.
Sin embargo, la mujer miró hacia el futuro incierto con gran determinación.
En la casa de la familia Lester, Tasha había estado vigilando a Seth en secreto últimamente y notó que todas las noches, él siempre trabajaba en su computadora portátil en el estudio. Ella también se dio cuenta de que habitualmente el hombre se duchaba por la noche, dejando la puerta del estudio abierta y sin vigilancia. Generalmente, su baño duraba unos veinte minutos.
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Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)
RomansaJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de...