Janet iba caminando cuando se puso a pensar en Brandon.
Kent no bromearía con un asunto tan serio, y además, sus palabras en verdad tenían sentido. Si los paparazzi hubieran tenido las pruebas del sucio pasado de Emani desde antes, ya las habrían expuesto sin dudarlo.
"¿Será que Brandon es quien me está ayudando otra vez?", Janet murmuró para sí misma mientras miraba la nieve que caía del cielo.
Entonces, sacó su teléfono y buscó su número. Llevaban mucho tiempo sin hablar, siendo la última vez cuando él le envió un mensaje de texto para contarle sobre el bono.
Después de armarse de valor, Janet le escribió, decidida a saber la verdad.
Aunque no era la persona más inteligente del mundo, tampoco era estúpida. Evidentemente, Brandon no la ayudaría sin ningún motivo, probablemente tenía un propósito y ella quería saber cuál era.
Pero el hombre no respondió de inmediato. De hecho, su mensaje permaneció sin leer durante un largo rato.
Janet volvió a guardar su celular y se apresuró a casa ya que cada vez se oscurecía más. Aunque de pronto, ella se dio cuenta de que su marido tampoco le había contestado, por lo que frunció el ceño y se preguntó qué estaba haciendo.
Al llegar a su apartamento, la joven buscó las llaves en su bolso pero no las encontró. Pensativa, se rascó la cabeza tratando de averiguar dónde las había dejado. Entonces, recordó que, en su prisa por salir del trabajo, las había olvidado en el escritorio de la oficina.
Apoyada contra la puerta, ella tocó varias veces el timbre pero parecía que no había nadie en casa.
Por suerte, la empresa estaba a solo diez minutos a pie desde su edificio, así que fácilmente podía volver a buscar sus llaves.
Cuando Janet llegó a Grupo Larson, solamente unos cuantos pisos tenían las luces encendidas y casi todos los empleados se habían retirado.
Tan pronto como ingresó al lugar, ella notó que la puerta del ascensor del CEO se abría desde la distancia, lo que significaba que una persona estaba saliendo.
Aparentemente, Brandon se iba a casa. Pensando en esto, Janet sacó su teléfono para verificar si había recibido una respuesta de él pero resultaba que no tenía ningún mensaje.
Aunque, ahora que lo tenía cerca, podía preguntarle cara a cara si él la estaba ayudando. De ser así, ella también aprovecharía para saber los motivos detrás de sus acciones y darle las gracias adecuadamente.
Brandon ya la había ayudado varias veces antes y todo lo que la joven había hecho era enviarle mensajes de agradecimiento. No obstante, ella deseaba hacerlo en persona, pues de otra forma, sentía como si no estuviera siendo sincera.
A lo lejos, Brandon estaba rodeado por varios guardaespaldas. Tanto ellos como él vestían un traje negro y zapatos de cuero a juego, luciendo elegantes. Justo cuando estaba a punto de salir del elevador, Brandon se percató de la presencia de Janet y frunció el entrecejo.
"Olvidé un documento arriba. Subiré a buscarlo", dijo en un tono ligeramente nervioso.
Si sus hombres le hubieran puesto la suficiente atención, habrían escuchado la ansiedad en su voz, aunque esto no sucedió.
Brandon se dio la vuelta y apretó los botones del ascensor para volver a subir mientras sus guardaespaldas lo seguían en silencio.
Cuando Janet vio que él iba de regreso, trató de acercársele y gritó: "¡Espere, señor Larson! ¡Soy yo, Janet Lind!".
Pero tan pronto como ella llegó al elevador, las puertas ya se estaban cerrando. Entonces presionó uno de los botones y miró a través de la abertura. Aunque Brandon se estaba tapando la cara, la joven alcanzó a verlo, notando su enorme parecido con Ethan.
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Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)
RomansaJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de...