25: Rayo de sol (editado)

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Emily.

Evan quedó traumado. ¿Por qué? No sé. Ni siquiera vimos la película completa.

Anoche después de terminar de ver Peter Pan, tuve que acompañar hasta afuera de mi casa, por la misma razón que mencioné a antes, la película de terror lo traumó, así que estuve un rato riéndome por eso, y recordándole lo que él una noche había dicho «yo no creo mucho en eso, todo esta en la mente, la gente se suele asustar con el mismo miedo que lleva por dentro, así que más que todo en este caso se trata de evasión». Mientras él me ponía mala cara por usar sus palabras en su contra.

Es domingo, estoy en el patio tracero y no hace buen tiempo que digamos.

Está el cielo nublado y está haciendo brisa fresca lo que anuncia que en cualquier momento puede empezar a llover, siempre me han gustado los días así, algo frios y eso me hace recordar el porque estoy aquí afuera y es porque; no muy lejos de aquí hay una montaña a la cual se le ve que le pega una leve llovizna y el sol que se cuela entre las nubes, lo cual formar un arcoiris. Uno que no me voy a perder la oportunidad de admirar.

Después de años comienzo a trepar el árbol frondoso que hay en el patio y me siento en una de sus ramas -esperando que no se parta- para contemplar mejor a el precioso arcoiris que, ya se formó y sonrió.

-¡¿Emily?! -llaman y reconozco la inconfundible voz de Evan.

-¡Por aquí!

Al poco tiempo Evan rodea la casa y aparece en el patio, al verlo, sonrió inconscientemente. Al llegar a dónde estoy yo sentada en el árbol, alza la vista y cuando ve donde estoy sonríe.

-Llame al timbre, pero nadie me abrió.

-Logico ¿Cómo supiste que estaba aquí, entonces? - pregunto meciendo mis piernas.

-Fue una corazonada -se encoje de hombros alzando las cejas.

Por fin lo detallo, lleva un pantalón vaquero oscuro, las manos metidas en los bolsillos de la usual sudadera, zapatillas deportivas y su cabello negro que se ve húmedo, cayendo hacia un lado en su frente.

-¿Vas a seguir mirándome o me dirás que hacer ahí arriba? -pregunta con una sonrisa burlona, cruzándose de brazos.

-Disfruto de la vista -me encojo de hombros mirándolo con una sonrisa pícara y él se ríe.

-Vale, ¿Y cuando piensas bajar?

-¿Si decido bajar de un salto, tú me atrapas? -le respondo con otra pregunta.

-Si lo intentaras no estoy muy seguro de si te atraparía, creo que más bien terminaríamos cayendo los dos al piso, tu por lanzarte y yo por intentar atraparte -contesta con una mueca al imaginarlo, yo en cambio suelto una carcajada y a la final él termina riendo conmigo.

-Wiii -hago el amago de lanzarme de la rama y Evan abre los ojos de par en par, abriendo los brazo y yo me río a carcajada de su expresión de pánico-. Te la creíste, iluso.

-Mierda, no hagas eso -se recompone y me mira un poco enojado-, un día de estos vas a terminar matandome.

-Dramatico.

-Busca peligros.

-Aburrido -sonrio divertida y cuando veo que va a replicar, me adelantó a hablar-. Estoy viendo un arcoiris -señalo la mantaña.

-¿Un arcoiris? -inquiere y asiento.

-¿Quieres verlo? -pregunto.

Él me mira con los ojos entrecerrados.

-Vamos, sube y siéntate a mi lado, como en los viejos tiempos -lo animo sonriendo-. Prometo no tirarte o que tú no te lances.

-Bien -acepta trepando el árbol como quien no quiere.

Un curioso desastre [nueva versión] [Libro #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora