3: Vaya suerte de mierda (editado)

684 46 72
                                    

Dedicado a Sashatara11 gracias por todo tu apoyo linda ;)


Emily Darson.

—Nos vemos al rato —me dice Andrea cuando llego al aula de la clase que me toca a primera hora, la cual no comparto con ella.

—De acuerdo.

Andrea es una chica menuda, no es tan alta, es de tes clara, cabello negro, el color de sus ojos es orcuro, y tiene un par de lunares en su mejilla. Siempre viste con blu jeans, camiseta y sapatillas. Es la chica que te hace entrar en confianza en un dos por tres y no te excluye en nada, es la amiga que siempre te apoya en todo.

Ella y yo nos escontramos en la entrada del instituto como acordamos ayer, pero no vimos a los chicos y suponimos que llegarían tarde como ellos mismo dijeron.

Mientras caminabamos por los pasillos hablando de las cosas que tuvimos haciendo este verano, me contó cómo le fue en la casa de sus abuelos que viven en Argentina, ya que sus padres son originarios de allá y van siempre que dan vacaciones.

Yo por mi parte le conté lo único más o menos interesante que me pasó y fue lo de la cucaracha y ella se rió hasta que le salieron lágrimas de los ojos como si le hubiera contado es mejor chiste del mundo. Y ya se podrán imaginar mi cara de indignación. Porque es gracioso, claro, si le pasa a otra persona y no a mí.

Y por cierto, me regaló una pulsera muy bonita de plata con grabados de enrredaderas con flores y luego me enseñó su muñeca para que viera que ella llevaba una igual, yo me puse al pulsera en mi mano izquierda.

Veo como mi amiga se da la vuelta con una sonrisa para ir a su clase y yo me apresuró a entrar en la que me toca a mí.

Cómo es costumbre me voy a sentar en uno de los pupitres que están en la pared media del salón y que tiene unas ventanas que dan vista al patio del instituto, por lo general los pupitres son compartidos -osea para dos personas-.

Me siento en el tercer pupitre de la hilera de la pared a esperar que el profesor de biología —calviño—, de la clase, por cierto así le decimos porque escalvo y tiene un poblado bigote.

Toda un irónia ¿no creen?

Pasan aproximadamente quince minutos desde que empieza la clase, la cual no le prestó atención, porque nos está dando es un repaso de lo que vivos en año pasado.

Estoy viendo pon la ventana, mordiendo la madera de mi lapiz. Cuando escucho al profesor decir:

—¿Estas son horas de llegar a clase? ¿Veinte minutos tarde?

—En realidad, fueron quince minutos y no encontraba el aula —dicen y logró reconocer la voz.

No puede ser.

Si puede ser.

Llevo mi mirada a la entrada del aula y ahí lo veo, recostado en el marco de la puerta con las manos encondidas en los bolsillos de su pantalón y la mochila guindada de un solo hombro y el cabello desordenado mirando a calviño con las cejas alzadas.

—Ajá —dice Calviño levantado una ceja un poco indignado—. ¿Nombre?

—Evan Denver.

—Oh, eres el nuevo —concluye el profesor después de levantar la vista de la carpeta.

Evan solo asiente y mira dentro del salón.

—¿Puedo pasar? —suspira

—Pero primero preséntate.

Un curioso desastre [nueva versión] [Libro #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora