— ¿Estas segura de que no hay nadie allí, Chelsea? —intenté verificar por decimosexta vez a mi amiga.
—Ya, Lydia No tenemos todo el día —observé nuevamente el despacho del director intentando buscar el momento perfecto para entrar allí.
— ¿Qué hacen chicas? —Derek apareció de repente haciéndome dar un pequeño salto del susto.
— ¡Derek! ¡Cállate! —dijimos ambas mientras observábamos que nadie notara nuestra presencia—. ¡Ya, Lydia, ya! —gritó Chelsea a lo que yo corrí atravesando el pasillo para colarme en el despacho del director. Rápidamente busqué entre todos sus papeles, y eran muchos, pero logré encontrar mi planilla de conducta.
1. Atención distinguida en clase
2. Cumplimiento de todas las tareas
3. Excelentes notas en exámenes
4. Rápida comprensión de los temas
5. Huida del establecimiento
Tomé el bolígrafo y borré esa falta. Así de fácil se solucionaban las cosas es este instituto mediocre. Salí de allí victoriosa procurando que nadie me viera, corrí hasta llegar con Chelsea y Derek que me esperaban del otro lado del pasillo.
—Misión cumplida —chocamos las manos victoriosos.
—Aun no entiendo qué problema hay con una simple huida del instituto —Chelsea nunca llegó a comprender el grave problema que yo tengo con mi madre.
—Ya no es nada —respondí cansada de este tema—. ¿Vamos por un helado?
—Lydia, seguimos en horario de clases —advirtió Derek por lo que yo sonreí—. Lo único que quieres es meterme en problemas —se quejó.
Ambos reímos. Chelsea no nos acompañó ya que según ella éramos "mala influencia". Pedí un helado de chocolate y Derek pidió uno de crema, cada uno pago lo suyo y fuimos a sentarnos en el césped del parque. Al terminar el helado nos recostamos y observamos la nada, ninguno de los dos habló por un tiempo y cuando Derek se calla, y eso no pasa casi nunca, es porque algo le preocupa mucho.
—Derek —no reaccionó a mi llamado—. ¡Derek! —repetí sin resultados así que golpeé suavemente su hombro.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? —calló en la cuenta de que existía el mundo real a parte del creado por su mente.
—Ya te he dicho que no hay nada de qué preocuparse —me miró pretendiendo no comprender hasta que liberó un suspiro y volvió a hablar.
— ¿Y si lo que dijo tu madre es cierto? ¿Y si descubre estas cosas? —interrumpí lo que iba a decir.
—Derek, borré todo dato de nuestra fuga, tranquilo no me iré a ninguna parte —él sonrió levemente.
Me despedí de él con un beso en la mejilla y luego crucé el portal de mi casa. Supuse que no había nadie así que aventé mi mochila en el sofá para luego caer rendida sobre el mismo con mi celular en la mano, una tos falsa me dio a entender que mi madre se encontraba allí y por su expresión estaba molesta, o al menos no estaba de buen humor.
—Lydia Katherine Price, ¿qué significa esto? —oh no, ha dicho mi segundo nombre, el cual odio, eso no significaba nada bueno. Sostenía un cd en su mano ¡Dios, si me escuchas te ruego que no sea lo que pienso! Mi madre introdujo el cd y en el televisor apareció la imagen de lo que temía, el vídeo de mi fuga que hasta contenía el momento en el que modifiqué la planilla de conducta—. Creo que te lo he advertido.
— ¿De qué hablas, Mami? —por favor que no diga lo que creo que va a decir, crucé los dedos detrás de mí para que ella no lo notara.
— Creo que tienes que madurar ya, Lydia—suspiró y luego retomó la frase—. No podrás madurar nunca si te sigo manteniendo.
— ¡Pero mamá! —intenté oponerme.
—Así que ya no te ayudaré más —siguió mi madre. Las lágrimas resbalaban de mis ojos.
—No puedes hacerme esto —objeté inútilmente.
—Te irás a vivir sola a Madrid —me quedé de piedra, ella era mi madre ¿cómo permitiría esto?
— ¿Te parece correcto? Una adolescente sola en Madrid, por Dios mamá ¡solo tengo 18 años! —apelar a la razón podría ser mi única salida de esta complicada situación.
—Por ese motivo te conseguí un piso en un edificio cerca de donde vive tu tío así podrá mantenerte vigilada —explicó aunque aun así no era un argumento válido.
—Pero —mi voz salía demasiado débil era frustrante.
—Sin peros, Lydia. Te lo advertí, partes en una semana. Será mejor que comiences a empacar — ¿esa sería la última palabra? ¿sólo así nada más?
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MADURA «Rubius & Tú»
FanfictionLydia es una chica un tanto peculiar de 18 años. A pesar de estar en su último año de escuela secundaria y tener muy buenas notas se salta las clases y su reputación precede todos los antecedentes escolares. Sin dudas siempre está en boca de todos y...