¡Ya dí Wigetta! Capítulo 10

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— ¡Guille! ¡Samu! —grité al ver a ambos chicos del otro lado de la puerta para después lanzarme a abrazarlos.

—Ya, Lydia ¿Dónde has estado? —Guille hasta parecía preocupado por mí.

—Solo viendo algunos vídeos —ambos intercambiaron miradas y regresaron su vista hacia mí—. ¿Por qué las miradas Wigetta? —Guille no tardó en ponerse colorado cual tomate lo que lo volvía malditamente tierno.

— ¿Has visto algún vídeo nuestro? —preguntó Vegetta curioso.

—Claro, Apocalipsis Minecraft es mi vida —respondí con la mano en el corazón fingiendo dramatismo.

—Debí suponerlo de alguien que cree en Wigetta —la palabra Wigetta sin duda se escuchaba muchísimo mejor cuando Vegetta la decía.

—Vegetta de verdad necesito un audio tuyo diciendo Wigetta para usarlo como tono de llamada —me lanzó una mirada fulminante—. Es que suena jodidamente sexy cuando tú lo dices —intenté hacer la sonrisa más inocente posible pero terminó pareciendo pervertida.

—Está bien, ha sido suficiente, Kath —Willy parecía un poco incómodo con mis comentarios—. Tenemos una sorpresa para ti —intentó guiarme fuera del departamento pero me resistí.

—Esperen, denme cinco minutos, no puedo salir en pijama —ambos rieron ante mi actitud y corrí hacia mi habitación.

Lo malo de mudarte en una semana es que no tuve tiempo de empacar toda mi ropa así que lo único que tenía en mi armario es una serie de ropajes de gala, para ser más precisos tenía dos conjuntos de ropa casual y luego sólo apestosos y horrendos vestidos. Ya que mi ropa casual estaba sucia no me quedó de otra más que usar un estúpido vestido. Opté por el menos llamativo que encontraba allí. Un vestido verde esmeralda que combinaba con mis uñas, mis converse negras ni soñando usaría tacones.

Los cinco minutos habían pasado y los chicos comenzaban a desesperarse ¡A la mierda el maquillaje! Salí disparada de mi habitación mientras sujetaba mi cabello en una coleta. Era una chica muy atolondrada y torpe por lo cual terminé chocando con la pared. Samu me ayudó a levantarme mientras Guille reía sin parar.

—Gracias Samu. Eres un buen amigo, no como el que se hace llamar mi "Mejor Amigo" que está por allá riendo —el chino volteó al escuchar mi indirecta—. Estoy considerando remplazarlo por ti.

— ¡Oye! No, lo siento.

—Muy tarde, Willy, ahora es mía —rio Vegetta tomándome en brazos en forma posesiva.

Salimos del departamento riendo. Mi móvil sonó mientras esperábamos el elevador y el nombre Rubiuh apareció en la pantalla. Dudé unos segundos si tomar la llamada pero luego de dos tonos lo hice.

— ¿Hola? —ambos chicos dejaron de reír poniendo suma atención a la llamada.

—Estoy en el elevador de tu piso —se escuchó del otro lado de la línea. En ese preciso momento el elevador se abrió frente a nosotros dejando ver a Rubén arreglando su cabello en el espejo con su móvil pegado a su oreja.

— ¿Rubius? —dijeron ambos al mismo tiempo—. ¿Qué haces aquí?

— ¿Lydia? ¿Vegetta? ¿Willy? —parecía más sorprendido que ellos—. ¿Van a alguna parte? —estaba a punto de responder pero Guille se anticipó.

—Sí, justo ahora íbamos a pasar la noche de fiesta con Lydia.

— ¿Noche de fiesta? —pregunté ya que aún no sabía nuestro destino esa noche.

— ¡Willy! que era sorpresa, ¡Cabezón! —reí al igual que Guille.

—Oh, pues no os arruinaré su noche —antes de que alguno pueda responder Rubén se encontraba bajando en el elevador.

— ¡Necesitábamos el elevador, Gilipollas! —Willy parecía más cabreado que de costumbre—. No tenemos tiempo, usaremos las escaleras.

Y así fue, rápidamente comenzamos a bajar las escaleras a toda velocidad. Íbamos tan rápido que, al llegar al final no pude detenerme y casi caigo pero terminé en los fuertes brazos de Samuel. Sus ojos se conectaron con los míos y pude aspirar el perfume que salía de su cuello.

— ¿Estás bien? —preguntó en voz baja haciendo a su tono más sexy que de costumbre. Asentí leve y estúpidamente con la cabeza, seguía hipnotizada por sus ojos que en ningún momento se apartaron de los míos. Me sonrió de lado lo cual me provocaba unas ganas terribles de besarle. Pero eso no iba a pasar no era correcto. ¿Has escuchado lo que dices, Lydia? ¿Desde cuándo te importa si algo es correcto o no? Estaba en una lucha interminable entre si besarle o no cuando la voz de Willy me salvó.

— ¿Qué hacéis? —Vegetta me dejó suavemente sobre el suelo ante la mirada sorprendida de Willy. Seguí mi camino hacia el portal del departamento y al pasar junto a Guille, quién seguía de piedra por lo que había visto, le susurré.

—Cierra esa boca, nunca me interpondría entre Vegetta y tú —volvió hacia mí entrecerrando los ojos más de lo normal lo cual significaba que me fulminaba con la mirada. Solté una carcajada y salí del lugar con ambos siguiéndome. Me guiaron hacia el carro donde iríamos a la noche de fiesta. Me senté en el asiento de atrás, Vege de copiloto y Willy de conductor. Me vi forzada a protestar.

—Ni loca me subo a un carro donde Guillermo conduzca —me crucé de brazos y ambos chicos lanzaron un suspiro. Cambiamos de posiciones donde Vege conducía, yo de copiloto y Willy detrás. Sonreí triunfante y el carro se puso en movimiento.

MADURA «Rubius & Tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora