Tenemos que hablar. Capítulo 24

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Al cabo de unos segundos fui consiente de mis acciones ¿qué demonios estoy haciendo? Me aparté de él rápidamente, tal vez fui algo brusca al momento de separarlo.

Caminé hacia la puerta de mi apartamento y le indiqué que entrara sin hacer contacto visual. Ambos nos sentamos en el sofá de mi sala frente al televisor apagado y con nuestros celulares en mano aparentando estar interesados en otra cosa.

Un incómodo silencio llenaba la habitación, solo se oía la respiración de ambos. "Me decepcionas" susurraba a mí misma una y otra vez. No podía dejar de sentir que estaba jugando con Rubius, no tenía la intención de hacerlo pero ahora esa era la situación. Por primera vez me sentía avergonzada de mi misma y mis acciones. Quería a Rubius y no hacerlo de la misma forma que él me destrozaba ¡Solo mírenlo! Hasta ha dejado sus vídeos de lado en estos últimos meses por mi culpa. No creo ser suficiente para él, quiero decir, necesita alguien mejor que yo. Alguien que no le dé problemas, que lo entienda, que lo ame y que tenga su misma edad. Él no necesita a una niña que haga su vida difícil.

En resumen, no me necesita estorbando en su vida ¡Vamos! ¿Lydia Katherine Price pensando en los demás? Eso sí que es nuevo y, a decir verdad, es correcto. Nunca me había importado nadie tanto como Rubius, por esa razón no quiero estar con él. Ya sin ser pareja estoy arruinando su vida, eso es suficiente.

—Lydia —Rubius llamó mi atención además de terminar con el silencio incómodo que nos envolvía—. Sé que no estás jugando conmigo, tú no harías eso.

— ¿Acaso estás leyendo mi mente?

—Más bien he escuchado tus "susurros" —hizo comillas con las manos al decir lo último. Ambos reímos por una milésima de segundo pero luego regresamos al tenso silencio. Agaché la cabeza y me atreví a hablar.

—Si lo hago.

—No es verdad —se opuso él, parecía tener más confianza en mí que yo misma.

— ¿Cómo estás tan seguro?

—La Lydia que conozco odia a esa clase de personas —me dedicó una sonrisa la cual correspondí. Rubius comenzó a acercarse con la intención de besarme pero lo aparté antes de llegar a nada.

— ¿Qué ves en mí, Rubén? —pareció sorprendido con la pregunta—. ¿Por qué te importo tanto? Sólo soy una adolescente orgullosa y egocéntrica de 18 años, no merezco la pena.

—No digas eso —objetó—. ¿Qué te ha sucedido? Nunca has dudado de ti misma, siempre has estado orgullosa con tus actitudes. ¿Por qué ahora pareces insegura?

—No lo sé —respondí—. Tú me pones nerviosa, soy insegura contigo porque tengo miedo de cagarla.

—No deberías preocuparte por mí —sonrió—. Sólo sé tú misma, te quiero tal y como eres.

—Ese es el punto —él me miró preocupado, creo que lo estaba confundiendo—. Temo no quererte de la manera que tú lo haces, no quiero lastimarte, Rubius.

Él no me respondió solo me abrazó envolviéndome completamente con sus brazos, junto a él me sentía protegida, tranquila, insegura, temerosa ¡No lo sé! solo logra hacerme sentir confundida. Dudo de mi misma con todo lo que se refiere a él. ¡Joder! ¿Acaso estoy enamorada? ¡Oh Dios, estoy enamorada de Rubén! Y aquí es cuando empiezo a dudar.

Siempre he sido muy directa pero debería decírselo ahora, después de todo hay una psicópata suelta quién resulta ser mi propia hermana. Creo que es demasiada emoción para nosotros por ahora. ¿Estar cerca de él lo pondrá en peligro también? ¡Coño! Mi jodida mente no me deja vivir tranquila ¿Sabes qué estúpida conciencia? ¡que te den por culo!

Siempre he sido impulsiva y no es momento de echarse atrás. Me aparté un poco de Rubius para poder ver sus ojos y sin pensarlo, como haría desde ahora, lo besé. El beso fue una sorpresa para él, pero eso no le quitó lo especial creo que hasta le agregó profundidad. Luego de varios segundos no separamos por falta de aire.

—Esa es mi Kath —sonrió con la respiración aún agitada.

— ¿Tu Kath? —pregunté irónica por lo que él rio.

—Sí, niña eres mía, acostúmbrate —ambos sonreímos antes de volver a besarnos. Sin dudas, ese momento fue uno de los más perfectos en toda mi vida. Pero, ¿cuánto duraría?

MADURA «Rubius & Tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora