Derek se encontraba en su respectiva habitación cambiándose mientras que Chelsea compartiría el cuarto conmigo. Esta se había encerrado en el baño hace más o menos una hora. Se suponía que solo cambiaría su ropa normal por su ropa de cama pero creo que lleva allí dentro demasiado tiempo como para eso. No me preocupé, después de todo ella siempre fue de esas que andan de aquí para allá más maquilladas que un payaso pero ella tenía su encanto en ello, las sombras siempre presentes resaltaban sus ojos verdes y el labial daba forma a sus delgados labios. Yo nunca había visto el sentido en maquillarme excesivamente, una que otra vez usaba máscara y algo de brillo labial, pero no más que eso. Mi madre siempre me había dicho que casi no debía maquillarme, ya que tenía belleza natural y de tanto repetirlo acabé por creerlo. Así se formó mi carácter, siempre segura de mi misma y mi potencial, sin dejarme pisotear y mucho menos ser invisible.
Después de dos interminables horas Chelsea salió mega producida con el cabello alisado y su cara adornada completamente con maquillaje, no parecía demasiado ni mucho menos. Se podría decir que su madre se dedica a la belleza y le había enseñado a Chelsea a maquillarse ella misma y a las demás desde que había aprendido el uso de la palabra "Maquillaje". Prácticamente sus clases de belleza comenzaron al mismo tiempo que la escuela primaria. Llevaba un camisón casi transparente, sus pies descalzos y su móvil en la mano. Su madre la había criado sola ya que enviudó cuando Chelsea era apenas una niña de cuatro años, así que no era millonaria ni nada por el estilo pero con su trabajo de doble turno en la cafetería y una que otra propina grande de mi parte se las arregló para comprarse un móvil último modelo.
—Oye, ¿no piensas cambiarte? —dirigió su mirada hacia mí. Yo traía una camisa blanca con las palabras "Everything happens for a reason" estampadas en negro lo suficientemente grande como para cubrir mi trasero y poco más de mi muslo, descalza y con mi "Sr. Rainbow" abrazado a mí, él era un cerdito de minecraft de peluche que me había regalado Derek en mi trigésimo cumpleaños, desde entonces no duermo sin él ni siquiera por una noche y esta no sería la excepción.
—Pues, planeo quedarme así —respondí a la rubia quien me miraba con cara de ¿really?—. ¿Qué tiene de malo, joder?
—Lydia, no quiero incomodarte pero estarás con chicos mayores toda la noche —me reprochó.
—No voy a quitarme esto —me crucé de brazos y miré hacia otro lado. Ella suspiró rendida y me obligó a voltear.
—Está bien, pero al menos déjame maquillarte un poco —negué firmemente pero ella insistió con mirada de cachorro.
—Ya, tu ganas —me rendí ante sus desesperadas súplicas e intentos por maquillarme—. Pero no toques mi cabello.
—Ni un poco de maquillaje caerá sobre su preciado cabello, milady —hizo una reverencia y comenzó con su trabajo. "Cerrá los ojos" "No tan fuerte, boluda" "Abrílos" "¡¡Lento!!¡¡LA PUTA MADRE!!" "Se te corrió la máscara" "Sos una pelotuda"
—Hey, dejas de insultarme en argentino o no te permitiré continuar —protesté apartándome de ella.
—Está bien, ya no lo haré —se rindió y prosiguió con la cesión de maquillaje—. Pero no olvides que tú también eres argentina.
Después de la larga hora que llevó maquillarme, más la media hora quitándome lo que a mi gusto sobraba, al fin salimos de nuestra habitación. Los chicos estaban sentados en ronda desde váyase a saber cuánto tiempo y al aparecer nosotras todos enmudecieron, cesando así las sonoras risas que antes emanaban de allí.
— ¿Qué estabais haciendo? —pregunté pícara y Chelsea me siguió el juego.
—Seguro que una orgía gay —los chicos se miraron asombrados mientras nosotras nos partíamos.
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MADURA «Rubius & Tú»
FanfictionLydia es una chica un tanto peculiar de 18 años. A pesar de estar en su último año de escuela secundaria y tener muy buenas notas se salta las clases y su reputación precede todos los antecedentes escolares. Sin dudas siempre está en boca de todos y...