MADURA «Rubius & Tú»

Bob Esponja. Capítulo 7

Me desperté realmente temprano para arreglar todas las cosas que necesitaba para el instituto. Alisté varias cosas, desde bolígrafos hasta cuadernos. Mi celular sonó, al igual que la noche anterior y el sonido indicaba que era un Tweet, nuevamente al igual que ayer.

"@EnvidiaMisFollows ¡JA! Debes ir al instituto" Tan bromista como siempre Guillermo.

"@WillyrexYT ¡Que @Vegetta777 te de por culo!" No tardó mucho en aparecer una respuesta.

"@EnvidiaMisFollows @WillyrexYT ¿¡QUE YO QUÉ!?" Claro que Samuel estaría por allí stalkeando a Willy lo cuál me causaba mucha gracia.

"@Vegetta777 @EnvidiaMisFollows ¡QUE NO SALGO CON VEGETTA! " Típico del chino, negar la realidad

"@WillyrexYT @EnvidiaMisFollows Creí que teníamos algo :'(" No puedo creer que haya dicho eso.

"@Vegetta777 @WillyrexYT ¡¡WIGETTA ES REAL!!" No pude contener mis ganas de reír.

Después de esa cómica y extraña "conversación" recordé que Rubén había prometido que me enviaría un mensaje ayer, ya que no lo había hecho, supuse que pronto lo haría. Así que decidí esperar, lo se, patético. Mi móvil suena y, esperando que fuera él respondo un "¡Hola Rubén!" el gruñido de mi amigo al otro lado de la línea me indico que no era Rubius.

—Perdón, Derek. Pensé que eras —intenté disculparme pero el rubio me interrumpió.

—No hay cuidado, en las últimas horas suelen confundirme bastante con él —se notaba en su voz que se sentía molesto. De seguro, Chelsea ha de estar molestándolo todo el tiempo y Derek no es como yo, tiene muy poca paciencia, hablar de chicos por más de 48 horas seguidas puede hacer que le explote la cabeza.

—Derek, ¿Cuándo tienen sus vacaciones de verano? —pregunté pensando cuánto tiempo tendría que soportarla.

—En una semana ¿por qué?.

—Pues vendrán conmigo, Chelsea y tú, a Madrid en una semana.

—Pero creí que solo habías dicho eso para que la rubia dejara la videollamada.

—Al principio, esa era mi idea. Pero mírate, estas agotado de ser el confidente de Chelsea. Admítelo, es odiosa —Derek rió tan fuerte que casi me deja sorda. Dí un vistazo rápido a la hora. Eran 7:30am y a las ocho debía estar en el instituto— En unos días les envío por correo los pasajes, ahora me tengo que ir al instituto.

—¿Al instituto? ¡son las 2:30am! —exclamó sorprendido el idiota.

—En España hay 5 horas de diferencia, estúpido —después de reír y despedirnos colgué la llamada y salí rumbo al instituto.

Mientras caminaba pensaba en Rubén debe haberse aburrido de mí y ya no le importa hablarme. Es normal. Supongo que nada es para siempre y mis nuevos amigos no durarán mucho. Una bocina sonó detrás de mí, no le dí importancia. Sonó nuevamente, volví a ignorarla. Al sonar por tercera vez volteé y detrás de mí estaba, nada menos que Guillermo y, esperen ¿Guillermo conduciendo un carro?

—¿La llevo a alguna parte, señorita? —preguntó sonriendo y dudando subí al asiento del copiloto. Estaba a punto de arrancar el carro cuando lo detuve.

—Espera, tienes licencia de conducir ¿verdad? —él sonrió y sin responder arrancó muy rápido en carro por lo cual casi nos estrellamos contra otro pero eso no bastó para que bajara la velocidad, al contrario aceleró más. Nuevamente casi nos chocamos con un poste de luz pero lo evadió con una maniobra que, por un momento creí que se voltearía el coche. Clavó en freno de mano y quedamos estacionados perfectamente en la mitad de la calle frente a mi instituto.

—¿Qué te parecieron mis habilidades? —creo que este chico se pasa, algo realmente no funciona dentro de su cabeza.

—¿Tus habilidades? ¡Eres peor que Bob Esponja conduciendo! —mi corazón aún daba golpes por el susto—. ¿Dónde está el hombre que te ha dado una licencia? ¡voy a demandarlo!.

—Admite que te has divertido —dijo pasando de mi.

—¡Claro! No haber muerto en este viaje es como volver a nacer.

—No seas dramática —me bajó del carro con una patada y se alejó a toda velocidad.

Di un suspiro riendo por la tontería que Willy llevaba en el cuerpo y volteé para apreciar el edificio, la cárcel, mi nuevo reino, el instituto.