Extra #1 | "Salsa agridulce"
Parte 1/2
Madison Blackwolf
— Ya te digo yo que deberías hablar con tus hombres, esto no parece una simple indigestión.
Hago una mueca hacia Yulia mientras terminamos de caminar por uno de los centros comerciales a los que hemos venido en esta visita a Rusia, dado que los hermanos de Yulia tenían que ultimar detalles de negocios con mis esposos y el suyo.
Porque sí, Yulia y Alek finalmente se han casado, lo hicieron a principios de este año.
Así que Yulia y yo hemos decidido venir al centro comercial, el cual está totalmente vacío dado que su esposo, sus hermanos y mis esposos se han encargado de cerrar sus puertas completamente para nosotras, y por si eso no fuera suficiente, más de diez hombres caminan tras de nosotras y todo el lugar está rodeado de hombres de seguridad.
Sí, un poco paranoicos, pero qué más da.
— Yulia, no pasa nada, de verdad.
Ingreso a una de las tiendas de ropa y comienzo a ojear algunos vestidos que me gustan mientras le hago una seña con mis manos a alguna de las trabajadoras para que comience a llevarme las cosas al probador.
— Puede ser algo grave — se queja de nuevo Yulia — A ver, Madison, no tenemos muchos registros médicos a los qué acceder referente a ti y a Alek, ya vez que hace unos meses tu hermano se enfermó gravemente y no sabíamos lo que tenía.
— No se enfermó gravemente, tuvo una indigestión — hago una mueca divertida.
— ¡Porque no sabíamos que era alérgico al tomate! — chilla Yulia — ¿Y si lo tuyo es algo similar y por eso has estado con nauseas continuas?
— No creo ser alérgica al tomate — lo medito un par de segundos, pero no lo creo, recuerdo que he comido pizza muchas veces y nunca ha pasado nada.
Yulia suspira frustrada mientras me quita el vestido que traigo en las manos y me hace girar a mirarla.
— ¿Hay algo que no sepa? ¿por qué estás tan renuente a ir al médico? — cuestiona, suelto un suspiro derrotado.
— Porque no es al hospital donde debo ir, Yulia, al menos no por el momento.
— ¿Entonces?
— Debería ir a una farmacia.
— ¿A una farmacia? — se indigna — ¡Mira que automedicarte es un error grave, con el montón de...!
— ¡Yulia! — pongo una mano sobre su boca para callarla — Tengo que ir a una farmacia a comprar una prueba de embarazo.
Sus ojos se abren desmesurados y por más que aparto mi mano de su boca, no hay nada que salga de ella, me parece hasta graciosa la manera en que comienza a boquear como un pez fuera del agua mientras intenta encontrar las palabras.
— ¿Estás embarazada? — pregunta en un susurro atónito.
— Bueno, no lo sé, para eso tendría que comprar la prueba, ¿no?
— Pero... ¿cómo...? — suelto un suspiro derrotado.
— No lo sé, Yulia, las pastillas fallan, supongo — hago una mueca dejando de lado los vestidos — No nos cuidamos demasiado, manejo un control de natalidad con mi ginecóloga, pero hace años que los lobos y yo dejamos de utilizar los condones, desde antes de la boda, así que era un riesgo que podía suceder — trago el pequeño nudo que se forma en mi garganta — Mi periodo no ha bajado, no he menstruado, tengo náuseas y me siento extraña.
ESTÁS LEYENDO
As de Corazones
Ficção AdolescenteLibro 1 | Trilogía Amores Letales Connor Blackwolf, Kace Blackwolf y Oliver Blackwolf. O mejor conocidos como los lobos, los líderes del grupo criminal que gobierna la ciudad de Valencia. Despiadados, fuertes, mentirosos, ágiles, letales, depredado...