As de Corazones

Capítulo 60

Capítulo 60 | "AB-"

Maratón Final 5/6

Connor Blackwolf

Algo en mi interior se comprime cuando veo como Kace se acerca hacia nosotros con Madison entre sus brazos, completamente inconsciente, pálida y su cuerpo goteando sangre.

— ¡Una ambulancia! — gruñe Kace — ¡Quiero una jodida ambulancia!

Se acerca hasta donde estoy y deja a Madison en mis brazos, su cuerpo se siente totalmente frío y ligero entre mis brazos, la sangre que corre de su cuerpo rápidamente empapa mi ropa y me paralizo cuando veo que sus ojos no se abren, ruego para que el característico azul de sus ojos haga contacto con el marrón de los míos pero no sucede, su cuerpo no se pega al mío como de costumbre sino que sus extremidades caen lánguidas, ignoro el dolor en mi pierna mientras veo como Kace regresa a la azotea y minutos después trae arrastrado a un Egor inconsciente sin ningún tipo de cuidado.

Lo lanza a los pies de uno de nuestros escuadrones.

— Cúrenlo, lo que haga falta, quiero que esté completamente sano para todo lo que le espera — ordena mientras bajo las escaleras tras de Kace, ignorando el dolor de mi pierna por la herida de bala, nada importa, sólo Madison.

Ignoramos los alegatos de los bomberos que terminan de extinguir el fuego del edificio y mis hombres arrastran el cuerpo de Egor escalera abajo, creo escuchar pequeños quejidos de su parte, pero nada importa en este momento.

— Me responden con su vida si logra escaparse — ordena Oliver cuando ingresan a Egor a una de las camionetas — Llamen a Morrel, lo quiero vivo.

Oliver viene a mi lado mientras una mano se encuentra cubriendo su abdomen, también está herido, aunque tampoco parece importarle, lo que importa es Madison en este momento.

Kace toma a Madison de mis brazos y la carga hasta subirla a una de las ambulancias fuera del lugar, la calle está atestada de ambulancias atendiendo a mis hombres heridos, el pelinegro le ruega que aguante un poco más y vemos como los paramédicos le ayudan a colocarla en una camilla, le colocan una máscara de oxígeno y nos indican que no podemos ir en la ambulancia con ella, al menos no los tres, así que es Oliver quien va con ella, Kace y yo corremos hacia una de las camionetas, el pelinegro conduce mientras yo comienzo a ordenar a todos nuestros hombres hacia el hospital más cercano.

— Frank va en otra ambulancia con Yulia, su pulso es bastante débil — los puños de Kace se aferran con fuerza cuando le informo sobre ello.

— Tienen que revisarse esos disparos — ordena el pelinegro con voz perdida.

— Y tú esas quemaduras — rebato de vuelta.

No hablamos de nuevo, mi mente no deja de proyectar una y otra vez la imagen de Madison cubierta de su propia sangre entre mis brazos, de cómo su pecho subía en apenas unas lentas respiraciones mientras un nudo se instala en mi garganta que trato de eliminar.

No puedo perderla.

No puedo.

El camino al hospital me resulta eterno y cuando llegamos parece que el dolor de mi pierna ha pasado a un segundo plano cuando corremos hacia las puertas de la entrada, la enfermera tras el mostrador no pone pegas para darnos información de Madison, sabe quiénes somos y que no está en posición de negarnos nada.

Oliver llega hasta nosotros ladrando órdenes y rápidamente todo el tercer piso es desalojado, sólo personal médico puede permanecer en el piso al igual que pacientes, de las demás personas se encargan de desalojarlas dado que nada pondrá en riesgo la seguridad de Madison, dos de mis hombres custodian cada una de las entradas de cada maldita sala, se clausura la manzana, todas sus calles se cierran con ayuda de la policía y nadie nos pone trabas cuando entramos a la sala donde atienden a Madison y la escena me petrifica.