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Ya habían pasado 4 días desde que izuku había comenzado a entrenar con tomura, pensaba que el entrenamiento que hacía antes era pesado pero estába equivocado, era ligero en comparación al que hacía ahora, el alfa era demasiado estricto, eran 45 minutos de estiramiento, 1 hora y media de peso, 1 hora de pelea cuerpo a cuerpo y luego 30 minutos de estiramiento de nuevo, terminaba terriblemente agotado mientras el peliceleste se veía como si no hubiera hecho nada, aun cuando hacían lo mismo, se notaba de lejos que él había llevado un entrenamiento constante.

Ambos habían establecido una rutina en la cual el alfa iba todos los días por el omega a la academia para ir a la bodega donde comían juntos para después entrenar y al final tomura le pedía a kurogiri que acercara a izuku a su casa.

Era claro que su relación comenzaba a mejorar, se sentían cómodos cerca del otro, estaban recuperando la amistad que tenían.

Ese día iba a ser un poco diferente debido a que era sábado, habían quedado de verse en la estación del metro a la una de la tarde.

Eran las 7 de la mañana y el alfa estaba despierto con un notable mal humor bajando las escaleras porque sensei lo había llamado para hablar.

Antes de bajar se dio una ducha para asegurarse que no quedara ni un poco del aroma de izuku, si bien el pecoso usaba parches el alfa cada que se encontraban se los quitaba para que liberará su esencia, la cual se quedaba impregnada en su ropa o en él, no le molestaba más bien todo lo contrario pero no iba a admitirlo.

Al llegar a la planta baja se encontró con sensei el cual estaba tranquilamente hablando con kurogiri, se acercó hasta donde estaban.

- sensei -

- tomura, ven, siéntate, sé que es muy temprano para ti - hablo con tranquilidad

- si lo sabe porque no espero a que me levantara - gruño sentándose a su lado cruzando los brazos

- un buen líder tiene que atender a cualquier hora - el alfa menor hizo una mueca haciendo reír a sensei - Tienes que reunirte con unas personas, necesitaremos más aliados - le entrego un sobre - ve a verlos y si sientes que son los indicados que se unan

- está bien - se levantó tomando el sobre

- no olvides cubrir tu marca - hablo antes de que tomura se fuera

Tomura asintió y volvió a subir a su cuarto para cambiarse, al terminar de vestirse busco en su mesa de noche la pulsera que le había dado izuku, nunca salía a ninguna misión sin ella, lo hacía sentir seguro. Estaba comenzando a enojarse por no encontrarla, hasta que su cerebro hizo click recordándole que le había pedido a kurogiri que se deshiciera de ella, se sentó en la cama con notable frustración por olvidar ese detalle. Estaba regañándose mentalmente por haber actuado de manera impulsiva, cuando la puerta se abrió dando paso a kurogiri.

- kuro, recuerdas la pulsera que te dije que tiraras - el omega asintió

- ten - le entrego la pulsera

- pensé que la habías tirado - dijo tomando la pulsera guardándola en su bolsillo

- siempre la llevas contigo a cualquier encargo y estabas molesto, por eso decidí guardarla -

- gracias - dijo en voz baja mordiendo su labio para no sonreír - debería irme ahora- se levantó- volveré el lunes para ver el festival deportivo - ante sus palabras recordó al peliverde con el cual se supone se vería a la una - ¿podrías abrirle la bodega a izuku para que entrene?

- claro -

- le daré tu número para que te mande mensaje -

- ¿quiere que lo acerque a su casa al terminar como los días anteriores? - tomura asintió escribiendo en su celular

AnankéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora