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Tomura veía dormir al omega, no tenía mucho que había despertado, después de los acontecimientos de la noche anterior ambos se durmieron. El peliverde parecía tener un sueño profundo, suponía que era por la cantidad de supresores que había tomado.

Le había costado demasiado controlarse, aun se recriminaba por lo último que hizo, había dicho que no iba a tocarlo pero fue un poco débil. Estaba molesto con el mismo por no aguantar un poco más, si izuku volvía a tener otro golpe de calor se controlaría como debía, no quería que el omega se enojara con él.

Las etapas de celo en los omegas eran diversas, al tomar supresores el celo era algo tranquilo, se tienen golpes de calor pero no tan continuos ni tan dolorosos, pero cuando hay una mordida (enlace) el omega necesita la cercanía y las feromonas de su pareja para que los supresores surtan efecto.

En el caso de los destinados no se sabía mucho al respecto, dependía de la cercanía de ambos la necesidad del otro durante el celo, ellos al tener un vínculo tan fuerte, hizo que izuku necesitara de su presencia para que se sintiera mejor y que los supresores comenzaran a tener efecto.

El alfa sintió durante todas las horas que no estuvo junto al omega lo mucho que lo necesitaba, pudo sentir como entraba cada golpe de calor apenas terminaba el anterior.

Suspiro acariciando la espalda de izuku el cual aún seguía acostado en su pecho, se notaba que estaba agotado, no quería despertarlo pero necesitaba alimentarlo y darle agua.

Sin moverse mucho busco su celular por la cama, cuando lo encontró vio que kurogiri le había enviado un mensaje para avisarle sobre la comida que había dejado, noto la hora preocupándose un poco, las 2 de la tarde y el omega no daba indicios de despertar.

Katsuki se sentía pésimo, después de que la muerte del peliverde fuera algo totalmente confirmado no sabía cómo sobrellevar la situación, no podía dormir, tenía ganas de llorar, no se concentraba en la escuela y lo peor es que comenzaba a pensar q...

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Katsuki se sentía pésimo, después de que la muerte del peliverde fuera algo totalmente confirmado no sabía cómo sobrellevar la situación, no podía dormir, tenía ganas de llorar, no se concentraba en la escuela y lo peor es que comenzaba a pensar que se estaba volviendo loco ya que el día anterior mientras caminaba percibió el aroma de izuku.

Se levantó en cuanto la última clase se acabó, no quería estar ahí, no toleraba que le preguntaran cosas sobre el peliverde, de reojo vio a todoroki el cual no tenía un buen aspecto, a él también lo habían llenado de preguntas ya que se había vuelto cercano a izuku.

En cuanto salió de la academia sintió como lo sujetaba de la mano el pelirojo, se dejó guiar por él, no tenía ganas de nada, ni de pensar. Supo que llegaron a la casa de kirishima cuando cruzaron la puerta, caminaron un poco más hasta el cuarto del alfa, al entrar cerró la puerta.

- tienes que dormir - hablo por primera vez el alfa soltando la mano del rubio

- no puedo - susurro, frente a los demás podía fingir estar bien pero con eijiro no podía

- intentemos - con delicadeza lo guio hasta la cama - me recostare junto a ti - ambos subieron a la cama quedando de frente al otro

Kirishima sabía que katsuki no estaba bien, podía sentirlo pero no había logrado que hablara con el respecto al tema, no tenía problema con esperar a que se sintiera listo.

AnankéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora