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Izuku sintió como le acariciaban el cabello pero sus parpados pesaban demasiado para abrirlos, solo se dejó llevar por la suave sensación.

- izu, tienes que levantarte, no has comido nada - susurro el alfa mientras seguía acariciando el cabello del omega

Habían pasado cuatro días en los que el peliverde no se levantaba de su cama, solo habían logrado que comiera una pequeña cantidad de katsudon.

El día de los acontecimientos apareció el alfa al borde del pánico, la beta tuvo que decirle lo que había sucedido porque el omega se negaba a hablar, había seguido llorando hasta quedarse dormido.

Tomura no se había separado de él, cuando inko se iba al trabajo el iba a hacerle compañía o a internar que hablara pero no lo conseguía, lo único que lograba era que se acurrucara entre sus brazos mientras seguía llorando.

- izu tienes que comer - acaricio su mejilla - por favor, no tienes que hablar si no quieres pero come

Izuku con dificultad abrió sus ojos los cuales estaban rojos e hinchados, dirigió la mirada al alfa, este tenía más ojeras de lo normal, su cabello estaba mal peinado en un moño y su cuello tenía heridas nuevas eso hizo a su omega quejarse.

- ¿te duele algo? - pregunto en pánico tomura

- no - susurro sintiendo como sus cuerdas vocales se lastimaban por la falta de líquido - tengo sed - sus palabras hicieron que al instante el alfa se levantara por el vaso de agua que estaba en el escritorio, dándoselo al omega - gracias

- ¿quieres que te acerque el desayuno? - el omega asintió

Nuevamente el alfa se levantó para acercar el desayuno de izuku, se lo dejo en las piernas y sonrió al ver que comenzaba a comer.

Tomura lo observaba con cariño, estaba tan preocupado por el omega, nunca lo había visto de esa manera, el peliverde siempre sonreía animando a cualquiera que estuviera a su alrededor, verlo tan decaído y sentir su desolación le traía recuerdos lastimeros.

Cuando vio que terminó todo tomo la bandeja para ponerla en el escritorio, luego volvió al lado del pecoso el cual lo miraba haciéndole Señas para que se sentará junto a él así que lo hizo, izuku recargo su cabeza en el hombro del más alto.

- ¿porque no me preguntas como me siento? - susurro el peliverde

- porque lo puedo sentir izu, siento tu tristeza, la frustración, la desilusión, el enojo y el miedo - con cuidado movió al pecoso para poder pasar su brazo por sus hombros y atraerlo en un abrazo - no estás solo, porque todo lo que sientes yo igual lo siento

- perdón - sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, tomura quito el brazo de sus hombros, pero no tardo en sentir las manos del alfa fueron directo a sus mejillas sujetándolas con suavidad para que lo viera

- no tienes por qué pedir perdón, es algo que no puedes controlar - con sus meñiques comenzó a limpiar las lágrimas que se deslizaban por el rostro de izuku - poder sentir tus emociones es un regalo para mí

- pero estas molesto - hizo un puchero

- no estoy molesto contigo - sonrió por el sutil puchero del pecoso - mi molestia es con las personas que te hicieron sentir mal

- vas a enojarte más cuando te diga lo que hice - espero unos segundos para continuar - les di el one for all y all might tomo mi mechón de cabello sin dudarlo

- ese hijo de puta - gruño soltando las mejillas del omega - voy a matarlo

- matar está mal tomu - soltó su catarina risa que hizo que el alfa se olvidara de todo para memorizar esa risueña melodía

AnankéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora