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Después del beso no lo mencionaron de nuevo en lo que resto del celo, pasaron esa noche y el día siguiente juntos viendo películas y jugando video juegos, izuku no había tenido otro golpe de calor, solo fiebre y estuvo muy pegado a tomura.

La situación entre ambos era extraña porque ya era obvio que lo que sentían era mutuo, prácticamente se lo habían dicho pero no se atrevieron hablarlo más seriamente. El omega no sabía cómo volver a tocar el tema, necesitaba pensar, no quería arruinar las cosas solo por apresurarse, quería estar al lado de tomura eso lo tenía claro, pero necesitaba sentirse seguro de que no sería una carga para el alfa.

Por otro lado estaba el peliceleste que había decidido no insistir, no porque no lo deseara porque lo hacía, pero no quería presionar a izuku, quería darle la libertad de que pensara mejor las cosas, esperaría paciente hasta que el pecoso decidiera hablar y si nunca lo hacía lo aceptaría con tal de no alejarse de él, tal vez estaba haciendo las cosas mal pero no se sentía merecedor de más de lo que ya tenía.

Ahora que ya había terminado el celo había ido directo a su casa para ayudar con la mudanza, lo cual lo ayudaba con su plan de escaparse sin que nadie lo notara, era sábado el día que vería a todoroki, con lo sucedido no había tenido tiempo de decirle nada a tomura o esa era la excusa que se decía porque sabía que el alfa se molestaría porque esto podía ser riesgoso.

Estaba sin saber que decir debido a la situación que acontecía en la cocina del nuevo departamento, su mamá estaba hablando muy alegremente con kurogiri, izuku suponía que podían llevarse bien pero no espero que eso sucediera tan pronto, el omega mayor se había ofrecido a ayudar con la mudanza usando sus portales para mover los muebles y cajas de un lado otro sin tener que contratar a una compañía de mudanzas, cuando el peliverde se lo comento a su mamá ella acepto y recibió a kurogiri con una sonrisa. Mientras el movía las cosas de una casa a otra, su mamá a hablaba sobre recetas con el omega mayor.

Una vez que terminó de mover todo se fue a su cuarto, se quedó parado en medio del lugar viendo cada detalle sintiendo tristeza de dejar ese espacio, salió cerrando la puerta ahora observando el resto del apartamento, se acercó hasta su mamá que estaba en medio del salón con una mirada triste, estaban solos, kurogiri se había ido para darles privacidad.

- ya no queda nada - hablo izuku poniéndose a un lado de la beta la cual asintió al escucharlo

- voy a extrañar este lugar - miro al pecoso

- yo también - izuku la abrazo - perdón por provocar que tengamos que mudarnos

- no pidas perdón bebé- inko deshizo el abrazo tomando las manos de su hijo - este es solo un departamento

- pero es nuestro hogar - inko negó interrumpiendo

- nuestro hogar es en cualquier lugar mientras estemos juntos - sonrió - ¿entendido?

- si - sonrió igual izuku

Dieron un último recorrido por el apartamento recordando momentos que los hacían felices, hasta que volvieron al salón sentándose en el piso, había decidió comer ahí antes de irse.

Cuando terminaron izuku le dijo que tenía que ir a un lugar prometiendo que iría al nuevo departamento al día siguiente para ayudarla a desempacar. Salió totalmente cubierto, tenía que tener cuidado de que nadie lo reconociera, la ventaja que tenía es que conocía a la perfección el edificio logrando salir sin que lo vieran.

 Salió totalmente cubierto, tenía que tener cuidado de que nadie lo reconociera, la ventaja que tenía es que conocía a la perfección el edificio logrando salir sin que lo vieran

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