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Izuku estaba impaciente, eran las 8 de la mañana y llevaba esperando una hora a que dabi apareciera por el bar. Su celular comenzó a vibrar, al ver la pantalla vio que era tomura.

Tomura:
¿Aun no llega?

Izuku:

No :(

hoy iba a salir con el alfa, tenían planeado entrenar en un lugar diferente en donde hubiera más espacio, en las últimas dos semanas había comenzado su entrenamiento con unas katanas que no pensó que le terminaran gustando tanto, se le hacían un implemento hermoso y peligroso a la vez, moverse con ellas era como un vals. El peliceleste lo había alagado más de una vez por su rápido aprendizaje, aunque aún no lograba desarmar al alfa estaba cerca de hacerlo. Otro entrenamiento que tenía era con armas de fuego, primero fue con armas de corto alcance y al notar su buena puntería pasaron a armas de largo alcance, ciertamente no le gustaba mucho pero era un implemento que sin duda podía llegar a ser de utilidad en el futuro. Su celular volvió a vibrar sacándolo de sus pensamientos.

Tomura:
Ya lo llame pero no contesta, dejemos a tu amigo con kurogiri

Izuku:

No, tiene que ser dabi, tiene que hablar con él si o si

Tomura:
Está bien, esperaremos un poco más, pero eso solo alargará tu hora de entrenamiento, no porque vayamos a salir se reduciré el tiempo

Después de su entrenamiento irían a lo que izuku denominaba una cita, aunque el término que uso con el alfa fue simplemente "salir a un lugar", el peliverde se había esforzado en buscar los lugares para que su salida fuera perfecta. La realidad es que quería pasar tiempo a solas con tomura, ya que las últimas semanas izuku se la pasaba con todoroki para acompañarlo.

Izuku:

Tomu no seas tan estricto :(

Tomura:
Lo siento, pero tu tiempo de entrenamiento no es negociable

La puerta del bar fue abierta por el pelinegro que venía fumando, una pequeña ráfaga de viento le pego haciendo que un aroma a chicle llegara hasta izuku.

- ¿es enserió? -guardó su celular y se acercó hasta él- apestas a omega

- ¿a ti qué? - frunció el ceño - no me van los celos

- ay cállate - lo tomo de la muñeca - necesitas quitarte ese olor

- suéltame - le gruño

- no - comenzó a caminar jalándolo, la realidad era que en fuerza física izuku le gana a la de dabi, podía llevarlo sin promeblas - necesitas bañarte y cambiarte

- ¿para qué? - dijo con fastidio - no voy a ir a ningún lado, no he dormido nada

- me vale lo que quieras - siguió caminando, una vez que llegaron al cuarto de dabi, el pelinegro quiso dejar fuera al peliverde pero no lo logró, izuku adentro sentándose en la silla - ve a bañarte

- ve a molestar a otro lado - le grito

- no me grites - le grito de vuelta - voy a salir con tomu y tú vas a quedarte con shoto en lo que no estamos

- no – dijo el alfa

- bien - izuku rodó los ojos levantándose - se lo pediré a compress

- déjalo solo - su alfa se quejó pero lo ignoro

AnankéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora