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El lugar estaba inundado de feromonas que dejaban un rastro dolor y tristeza que provenía de los dos alfas sometidos, el dolor provenía de kurono y la tristeza de overhaul, habían pasado horas en las cuales izuku y tomura habían utilizado distintas herramientas como ácido, fuego, alcohol, pinzas, tubos, bates, lijas entre otras para provocar dolor en el de cabello blanco.

Fueron largas horas en donde no se detuvieron en ningún momento, ahora izuku presionaba una herida en el cuerpo del alfa, pero ya no había gritos, ni quejidos, ni siquiera corría sangre por la reciente herida, parecía que su cuerpo se había vaciado o más bien que lo habían vaciado.

El peliverde sintió las manos de tomura sobre las suyas para luego girarlo y abrazarlo frente a frente, el omega no dudo en abrazarlo al suponer por qué lo había alejado del cuerpo.

- ya es suficiente - le susurro - está muerto omega - el peliverde tembló ante las palabras - es hora de irnos

- tienes razón - contesto sin soltarlo

- adelántate - lo alejo un poco - yo me encargare del resto

izuku asintió soltando a tomura, camino hacia la salida sin girarse a ver a los alfas, saco su celular una vez que estuvo afuera mandándole un mensaje a kurogiri esperando a que contestara ya aún era de madrugada.

Sonrió al ver el portal abierto, entro encontrándose con el omega mayor, intercambiaron un par de palabras antes de que comenzara a subir a su habitación, la casa estaba muy silenciosa, interiormente agradeció el silencio después de pasar todas esas horas entre gritos y feromonas que le producían nauseas.

Antes de ir hacia su habitación abrió la puerta del cuarto de eri para asegurarse de que estuviera durmiendo tranquila sin tener pesadillas, la separación de hace unos días había provocado que volvieran, la observo desde la puerta sonriendo por como abrazaba la manta que tenia el aroma de tomura y el de él, cerro sin hacer ruido para no interrumpir su sueño.

Cuando entro en su habitación noto una hoja en el suelo, la tomo leyéndola en menos de cinco segundos, su cerebro estaba terminando de procesando lo que acababa de leer cuando su cuerpo se movió solo hacia el cuarto que ocupaba shoto con esperanza de encontrarlo ahí pero no estaba.

Sin dudarlo ni un segundo se dirigió a la habitación del que suponía era el responsable, abrió la puerta sin medir su fuerza casi rompiéndola, provocando que el alfa pelinegro despertar de golpe.

- ¿qué le dijiste? - izuku lo vio con recelo

- ¿que? - pregunto toya medio dormido

- ¿qué le dijiste a shoto? - alzo un poco la voz

- lo que hable con él no es tu problema - se levantó de la cama - lárgate quiero dormir

- me importa una mierda que quieras dormir - apretó la hoja que tenía entre sus manos - sabes algo, no me digas, seguramente te comportaste como un idiota - rodó los ojos - si algo llega a pasarle

- ¿de qué carajo hablas? - pregunto fastidio - no le va a pasar nada mientras este aquí

- eres un imbécil - negó con la cabeza - ni siquiera te has dado cuenta de que se fue

- ¿cómo que se fue? - alzo la voz - si lo vi ayer por la noche

- me dejo una nota diciendo que se iba - le grito

- debe estar en su cuarto - iba a salir del cuarto, pero izuku lo tomo del brazo

- no está - lo soltó empujándolo

Dabi lo observo sin creer lo que le estaba diciendo, pero en el fondo sabía que era verdad porque izuku estaba muy enojado.

- ¿porque te empeñas en alejar a quienes quieren estar cerca de ti? - lo miro confundido - aunque lo alejes el dolor no va a disminuir si algo le pasa

AnankéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora