Roomies • Aidan Y T/n • [En proceso]

Capítulo 7 •Un beso•

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Para mi suerte —y sorpresa—, la cena transcurre con normalidad, no hay preguntas sobre mi "relación con Aidan". Solo nos dan una ojeada de vez en cuando. Pero sé que no van a durar mucho así.

Lo más extraño de todo es que Aidan ha estado muy bromista, pero no de esas bromas que me hacen querer matarlo, sino que de esas bromas agradables. Cuando me sonríe, es una sonrisa genuina, no hay burla ni sarcasmo en ella.

Se tomó en serio su papel de novio.

Al inicio lo miraba tensa, con desconfianza, pero algo en su mirada me decía que me dejara llevar. Me permití relajarme y solo disfrutar del momento, de sus bromas, sonrisas y miradas un tanto coquetas.

Es extraño, pero a la vez es agradable, se siente bien. Puedo decir que esa es la única faceta de él que nunca he podido conocer.

Por un momento imagino cómo sería si realmente nos lleváramos bien y... La idea no me desagrada del todo. Pero estoy segura que él no estaría dispuesto siquiera a intentarlo así que descarto la idea, solo me queda disfrutar de este momento efímero.

—¿Qué tal si vamos al patio trasero? —pregunta el señor Rob cuando terminamos de comer.

Todos asentimos y lo seguimos. Mientras atravesamos la sala de estar para ir al pasillo que nos lleva al patio trasero, Aidan rodea mis hombros con su brazo.

—Qué buena actuación —le susurro.

—¿De qué hablas? —pregunta en el mismo todo.

—Supiste hacerles crees a todos que somos una pareja —no sé porque de un momento a otro me siento molesta—. Por poco y logras convencerme de que podemos llevarnos bien.

—¿Por qué estás molesta ahora? Por primera vez en mi vida no estoy siendo un idiota contigo —quita el brazo de mis hombros y me mira con atención, yo guardo silencio_—Creo que estoy entendiendo —regresa la vista al frente—. Te gusta que te trate mal y pelear conmigo ¿No? Ja, vaya masoquismo.

—Obvio que no, idiota —es lo último que susurro entre dientes antes de entrar al patio trasero.

El señor Rob sabe lucirse con las decoraciones de halloween. En la reja alta, que divide la casa de atrás con la de los Gallagher, hay un tipo de hilo blanco delgado que forman una decoración de telarañas, de ellas cuelgan pequeñas calabazas brillantes y varias arañas. Frente a la misma reja, en una esquina, hay un fantasma, de un metro mas o menos.

En el pequeño comedor, que está en la otra esquina, hay unos esqueletos que, aparentemente, están tomando el té. Un detalle gracioso pero digno del señor Rob.

—Deberíamos tomar un para de fotos —propone la señora Lauren.

—Claro, Aidan y T/n deberían ser los primeros, por su noviazgo —secunda mi madre y yo me tenso.

—No creo que sea necesario —murmuro.

—Claro que sí. Es para tener un bonito recuerdo, vamos —mi madre nos toma a ambos del brazo y nos llevas hasta la reja.

Incómoda, volteo a ver a Aidan, él me devuelve la mirada y solo hace un pequeño asentimiento. Paso mi brazo tras su espalda para intentar abrazarlo de lado pero el toque es mínimo y él hace exactamente lo mismo, su mano apenas y roza mi cintura pero solo eso es necesario para que mi cuerpo entero se tense, realmente esto es incómodo.

Okeeey... Recuerdame en qué momento las cosas se pusieron taaan tensas.

—Vamos, chicos, abrácense bien —la señora Lauren sonríe entusiasmada.

Parece que a ella le emociona más la "noticia".

—O mejor aún, deberían besarse —David sonríe retador a mi dirección.

—Así estamos bien, no es necesario —hago todo un esfuerzo por oírme natural pero a David, en este momento, lo estoy matando de mil formas diferentes en mi cabeza.

—¡Si, es una idea perfecta! Sería un bello recuerdo —apoya el señor Rob y mis ganas de salir corriendo solo aumentan.

Volteo a ver a Aidan, nerviosa, él se tensa un poco pero me regresa la mirada, en sus ojos hay un brillo de... ¿Malicia? No, no es eso, pero hay algo que no puedo descifrarlo.

—Vamos, no tengan pena —nos alenta la señora Lauren.

—Tendremos que hacerlo, o no nos dejaran en paz —susurra Aidan.

—Te odio —le digo en el mismo tono mientras él acerca su rostro.

—Yo te odio más, princesa —esboza una pequeña sonrisa.

Su mano se aprieta más a mi cintura, acercándome mas él, y por instinto, hago lo mismo antes de que ambos unamos nuestros labios.

Es un toque suave, leve y estático, sin movimiento, pero que desata mil cosas en mi, como fuegos artificiales explotando en mi interior, mi corazón se acelera como nunca lo había hecho por un simple beso, y ni siquiera se le puede considerar un beso en sí.

¿Acaso esto es el cielo?

Pero sé que esto que estoy sintiendo no es normal, el revoloteo que Aidan provoca en mi estomago no debería de suceder, pero lo hace, y es algo que me niego a aceptar.

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Hello :)

Espero que les esté gustado esta versión, personalmente me encanta <3

No olviden compartir la historia, votar y comentar, siempre leo los comentarios que dejan ;)

L.Q.M <3