Roomies • Aidan Y T/n • [En proceso]

Capítulo 30 •Descanso •

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Cuando bajo al comedor, veo mi padre sentado a la cabeza de la mesa, con mi madre sentada a su derecha, mi hermano a su izquierda, seguido de un plato con frutas, a lo que supongo que es mi desayuno.

En silencio, me siento al lado de mi hermano. No me molesto en detallar a nadie y ninguno tampoco dice nada. Casi lo agradezco de no ser por el silencio incomodo que reina entre nosotros mientras comemos.

-Hija... -mamá rompe en silencio y de reojo la veo removerse incómoda en su asiento-. ¿Sigues enojada con nosotros?

La miro unos segundos y la detallo, realmente se arrepiente de no haberme dicho nada del compromiso de Aidan.

-Un poco -me limito a decir, encogiéndome de hombros.

No es que esté muy enojada con ellos, pero si estoy un poco enfadada. Si me hubieran dicho del compromiso de Aidan, seguramente ya no lo tendría en mi corazón. Me hubiese ahorrado tantas falsas esperanzas. Y tampoco es que sea capaz de permanecer mucho tiempo enojada con ellos.

-De verdad, lo sentimos mucho -habla mi padre en tono casi desesperado.

Pongo la mirada en él y puedo notar el arrepentimiento en sus fracciones, haciéndome suspirar.

-Ya no importa, papá.

Sigo removiendo mi fruta, ya sin ánimos de seguir comiéndola, hasta que David habla por primera vez en todo el rato:

-¿Por qué no regresas a Londres? Pero esta vez como unas pequeñas vacaciones.

-No puedo darme ese lujo -le respondo-. Pienso tomarme unos días, aquí mismo en Seattle, pero no puedo hacer algo tan brusco como salir del país de vacaciones. Los inversionistas saben que ya estoy aquí. Si se enteran que regresé a Londres, y no para trabajar precisamente, empezarán a armar un lío. Cosa que es lo último que quiero que pase.

-Si arman un drama -habla mi padre-, yo puedo intervenir.

-Papá, quedamos en que no te involucrarías en nada de esto. Yo no quiero vivir bajo tu sombra todo el tiempo.

-Lo entiendo, sólo quiero ayudarte.

-Me ayudarías muchísimo dejándome a mí hacer las cosas sola.

-Tranquila, te dejaré que hagas todo como a ti mejor te parezca. Pero si veo que tengo que meterme, lo haré.

-Sólo si yo te lo pido -le dijo, resignada y él asiente con aprobación-. La cosa es que no puedo ausentarme así por así, menos cuando todo esto apenas viene empezando. Solo me tomaré unos días, le pediré a Cameron que me cubra.

-¿Seguirás viviendo con nosotros o prefieres buscar otro apartamento? -esta vez es mi madre quien pregunta.

-La verdad, si prefiero buscar otro apartamento -respondo, apartando el plato a medio comer y me levanto-. Saldré un rato. Nos vemos luego.

Sin esperar respuesta, me levanto de la mesa y salgo del comedor. Al pasar por la sala, tomo mi abrigo, el cual dejé en uno de los muebles, y salgo de la casa.

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-T/n, de verdad, siento mucho no haberte dicho nada.

Suelto el humo del cigarrillo de entre mis labios y pongo los ojos en blanco al oír la quinta disculpa de Cameron mientras camina a mi lado.

-Ya te dije que no tienes que seguir pidiéndome perdón -le repito.

-Es que siento que te traicioné.

-No hiciste nada. Ya deja de darle importancia al tema.

-Está bien, si tú lo dices -asiente y se queda unos segundos en silencio mientras le doy otra calada al cigarrillo, hasta que vuelve a hablar-. La construcción de la cede ya va muy avanzada. Sólo necesito tu firma y autorización para unas cosas, luego te paso los papeles para que los leas.