Roomies • Aidan Y T/n • [En proceso]

Capítulo 50 •¿Casarse?•

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

—Alejate un poco y que la imágen cubra todo—le doy indicaciones al camarógrafo—. Sí, así... Bien.

Hace unos meses empezamos las grabaciones y hoy es el último día. Y a decir verdad, en todos estos meses, estaba muy nerviosa, tenía miedo de que algo saliera mal ya que esta es mi primera vez como directora y productora general y no secundario o de apoyo como en otros proyectos que tuve anteriormente.

Pero me siento orgullosa de decir que todo ha salido de maravilla, aunque falta un largo camino que recorrer, estoy satisfecha con el gran trayecto que ya caminé.

—¡Corte! —grito cuando logro tener la toma perfecta de la última escena—. Muy bien, lo tenemos.

El lugar estalla en gritos, aplausos y todos se abrazan con todos. Un grupo del staff se abalanza sobre mí y me dejo abrazar por ellos, riendo. Al separarme de ellos, todos se reúnen en medio del set.

—Bueno, como saben, hoy fue nuestro último día de grabaciones —empiezo— y me alegra decir que fue todo un éxito. Aunque seguiré trabajando con algunos de ustedes, me entristece que a otros no los veré en mucho tiempo. Son un gran equipo y fue un placer trabajar con todos, pero, si todo sale como lo esperamos, nos volveremos a ver para un segunda película. Mientras, disfrutemos de este momento y celebremos. ¡Hay barra libre para todos!

Otra ola de gritos y aplausos se desata y el personal corre hacia la barra de bebidas en medio de risas y abrazos.

—Felicidades, princesa —Aidan se acerca a mí y me abraza, levantando mi cuerpo en el aire—. Hiciste un trabajo perfecto.

—Gracias, amor, aunque estaba muy nerviosa —confieso cuando me deja nuevamente en el suelo.

—Es normal, pero todo salió bien —deja un beso corto en mis labios.

—Las muestras de cariño están prohibidas en horario laboral —habla una voz a mis espaldas y me volteo para encontrarme a mi papá sonriendo.

—Ya terminamos de grabar así que ya estamos fuera del horario laboral, o al menos él —le sonrío inocente y él ríe leve.

—Felicidades, hija —se acerca a mí y me envuelve con sus brazos en un fuerte abrazo que le correspondo—. Lo hiciste muy bien, todo el equipo, hicieron un trabajo excelente.

—Muchas gracias, papá —me separo de él y le sonrió—. Pero te lo debo a tí, tuve al mejor tutor.

—El alumno supera al maestro —también sonríe—. Por cierto, Ritu y tu mamá te esperan en casa.

—¡Es cierto! Les prometí que las acompañaría a comprar las cosas para el bebé y la boda.

—Hablando de boda... ¿Ustedes no han pensado en casarse? —mi papá alterna la vista entre Aidan y yo con una pequeña sonrisa.

El ambiente se torna un poco más tenso. Intercambio una miradita con Aidan, quien solo niega con una leve sonrisa. La primera y única vez que tocamos ese tema fue cuando le conté del compromiso de mi hermano y su novia y Aidan me preguntó si no me imaginaba una vida así con él.

Y, conociéndolo, seguramente lo dijo solo para molestar.

—No hemos hablado de eso directamente —respondo bajo la mirada curiosa de mi padre—. Ya habrá tiempo para eso, papá.

—Bueno, deberían considerarlo. Teniendo en cuenta el historial de su relación, además que viven juntos, son casi un matrimonio.

No digo nada, pero puedo sentir las miraditas de reojo que me da Aidan.