Roomies • Aidan Y T/n • [En proceso]

Capítulo 8 •¿El verdadero novio?•

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Aidan se separa luego de escuchar el sonido de la cámara tomando la fotografía. Se separa, pero no se aleja del todo, me mira fijamente y puedo notar sus pupilas dilatadas. Hace algún tipo de expresión que no logro descifrar ya que se recompone rápidamente, y sonríe.

—No estuvo nada mal, princesa —susurra.

—Idiota —le digo en el mismo tono.

Aún desconcertada por el beso, quito su brazo de mi cintura y me alejo. Volteo a ver a los demás, quienes nos miran con una sonrisa tierna, excepto David, él me mira con una sonrisa cargada de burla.

«Lo voy a matar» Pienso para mis adentros.

—La foto está perfecta —comenta el señor Rob viendo la cámara— De verdad, se ven muy bien juntos.

—Es cierto —concuerda mi madre—. Hacen linda pareja.

—Eh... —Aidan carraspea incómodo—, Nosotros ya nos vamos.

—¿Tan rápido? —pregunta mi padre.

—Es que nos invitaron a una fiesta y queremos ir —miente.

—Bueno, chicos, con cuidado —la señora Lauren abraza a si hijo y luego a mi—. Nos vemos luego.

—Nos vemos, enana —David se acerca a abrazarme y susurra en mi oído—: De nada.

—Te voy matar -—le susurro entre dientes.

—También te amo, hermanita —ríe leve antes de darme un pequeño beso en la sien y soltarme.

Le doy un pequeño golpe en el hombro y luego me despido de mis padres y del señor Rob, Aidan hace lo mismo.

—¿Ya no estás enojada? —pregunta Aidan una vez llegamos al apartamento.

—Ni me hables, Aidan —le respondo con sequedad.

—Da igual, yo iré a una fiesta ¿Quieres que te acompañe a la casa de tu noviecito? —me mira— Muero de curiosidad por saber quien es.

—Deja de decirle "noviecito" —hago una mueca—. Y no es necesario, el vendrá aquí.

—Estás loca si crees que dejaré que metas a un desconocido a mi casa.

—5e recuerdo que también es mi casa —me cruzo de brazos—. Y no es un desconocido, tú lo conoces —trato de tranquilizarlo con eso para que se vaya pronto pero su curiosidad solo aumenta.

—¿Yo lo conozco? A ver, sorprendeme.

—Es... Es Cameron —suelto sin pensarlo mucho.

—¿Cameron Brouder es tu novio? —frunce el ceño— ¿No se supone que solo eran mejores amigos?

—Lo éramos, pero nos dimos cuenta de que nos gustábamos —invento a toda velocidad.

—Perfecto, me quedo hasta que él llegue —se dirige al sofá y se sienta—. No me puedo perder esto -sonríe con falsedad.

—¿¡Qué!? —me altero— No, claro que no, vete, no quiero que estés aquí cuando él llegue.

—Pues te jodes, princesa. No me puedes correr de mi propia casa. Además quiero que Cameron confirme que son novios —hay algo en su tono que me sorprende, nunca lo había escuchado.

—¡Ya te lo dije yo! ¿Qué mas quieres?

—Perdoname, princesa, pero a ti no te creo nada.

—¡Dios! Dame paciencia para soportar a este idiota —susurro mientras me dirijo a mi habitación.

¿Ahora que hago? ¿Por qué le dije eso a Aidan? Ahora no puedo decirle que es mentira porque voy a quedar como una estúpida.

Tú solita te metiste a eso, tú solita sales, por mentirosa.

Tú ni ayudas, eh.

Porque no me pagan lo suficiente para soportarte.

Tomo mi teléfono, que está en mi bolso, y llamo a Cameron, quien no me contesta pero lo hace al tercer intento.

—¿A quién hay que matar? —pregunta divertido.

—A nadie, pero necesito que vengas al apartamento rápido, por favor.

—¿Pasó algo malo? ¿Estás bien? -—u tono pasa de divertido a preocupado.

—No, estoy bien, no te preocupes —lo tranquilizo—. Es que tengo un pequeño problemita con Aidan.

—¿Otra vez? —ahora su tono es hastiado— Mira, T/n, no es por ser mala persona pero no quiero ser su intermediario por milésima vez.

—Esta vez no es para eso —volteo los ojos.

—A ver ¿Qué es entonces?

—Luego te explico, pero ahora necesito que vengas y finjas que eres mi novio frente a Aidan —le pido.

Esto parece que se ha convertido en un juego sin fin de "finge que somos pareja".

—¿Qué? T/n ¿Qué carajos está pasando? —pregunta confundido.

—Tú solo ven y haz lo que te digo, por favor.

—Pero... —duda—. Estoy en una fiesta...

—Luego vamos los dos. Cameron, ayudame, por favor —le suplico.

—Está bien —suspira rendido—. Voy para allá.

—Gracias ¡Te amo! —le digo antes de colgar.

Pasan varios minutos en los que creo que Cameron me dejó plantada, pero luego suena el timbre. Cuando salgo de mi habitación y llego a la sala, Aidan ya está abriendo la puerta.

—Cameron, hasta que llegas —Aidan le da paso al interior del apartamento a Cameron.

—Hola, cariño, te extrañé —le rodeo el cuello con mis brazos para susurrarle al oído—: Tú solo sigueme la corriente.

—Hola, nena. También te extrañé —se separa de mi y deja un beso casto en mis labios.

Otro que se tomó en serio su actuación de novio.

—A otro lado con sus cursilerías, por favor —volteo a ver a Aidan quien tiene la mandíbula tensa.

—No te preocupes, nosotros ya nos vamos —tomo a mi mejor amigo de la mano.

—Entonces —Aidan mira a Cameron, ignorándome— ¿Es cierto que son novios?

—Claro ¿Por qué sería mentira? —responde él.

—Por nada, es solo que con T/n nunca se sabe cuando dice la verdad —posa la mirada en mi.

—Ya te demostré que no es mentira —replico—. Y si nos disculpas, iremos a una fiesta.

—¿No que se iban a quedar aquí? —pregunta con una ceja encarnada.

—Hubo cambio de planes —sonrió antes de jalar a Cameron y salir del apartamento—. El beso estuvo de más —le digo una vez estamos afuera.

—Tenía que aprovecharme un poco —sonríe coqueto—. Tú nunca me has dado un beso, ni para reforzar la amistad.

—Tarado —río y le doy un leve golpe en el hombro.

—Además, quería poner celoso a Aidan —sonríe como un niño que acaba de cometer una travesura— ¿Viste su cara?

—No estaba celoso —volteo los ojos—. Lo que pasa es que le fastidia todo lo que tiene que ver conmigo.

—Hasta un ciego se daría cuenta de que le gustas, T/n.

—Mira, ya tuve suficiente esta noche —lo miro cansada—. Así que llevame a esa fiesta que lo único que quiero es emborracharme.

—Ya somos dos —sonríe—, vamos.

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