Alexei
Quería enviar a mis hombres para que fueran en busca de Helena porque no quería descuidar el casino.
Pero no confiaba en ellos del todo, a solas con una mujer hermosa como lo es Helena Earhart.
La quería para mí.
Para hacerla sufrir.
Mirando como rogaba por su vida.
Torturándola hasta que se rindiera y robarle hasta el último aliento en medio de la agonía.
Admiraba su valor.
Había luchado hasta que el sedante hizo efecto en su sistema.
Cayendo inconsciente al piso.
Desde mi asiento podía observarla perfectamente.
Durmiendo.
Su ceño se fruncía constantemente moviéndose de un lado a otro, quejándose.
Helena era más atractiva en persona. Piel suave, pómulos altos, nariz pequeña y un cuerpo perfecto, poco común en una modelo.
Podría sacar provecho de ella exhibiéndola en el Inframundo.
La ignoré el resto del vuelo de vuelta a Rusia.
El avión aterrizó en la pista privada que me pertenecía.
Tuve que llevar a Helena sobre el hombro hasta el auto que nos llevaría hasta mi propiedad.
La prefería de esa manera, dócil y menos agresiva.
Su vestido negro se levantó hasta su cintura revelando su bonito y apretado culo.
No me importaba que mis hombres la miraran con deseo.
Pronto disfrutarían de ella.
No me molesté en cubrirla con la prenda, tratándola con delicadeza, ella no poseía ese derecho.
Los había perdido desde que Brenan me hizo creer que tenía mi dinero.
Debía ser tratada como lo que era.
Moneda de cambio.
Me pertenecía.
Despertaría en un par de horas, algo aturdida por el sedante.
Con pequeños fragmentos de lo que había sucedido en el callejón.
La dejé en el sótano de mi casa.
Y volví al casino a atender las prioridades como dueño de un casino tan importante como el mío y mantener el orden para que ningún otro imbécil como Brenan intente robarme.
Haciéndoles saber que nadie traiciona a Alexei Sirenko.
Ya tenía en mi poder a la hermana pequeña de Brenan Earhart.
Podía decir, que la deuda de Brenan estaba saldada.
Ahora tenía que encargarme de que ella no intente escapar o los mataré a ambos.
No me importaba perder mis tres millones.
Quería acabar con Brenan por traicionarme.
Necesitaba verlo sufrir, no podrá dormir por las noches sabiendo lo que le haré a su pobre hermanita.
El negocio debía tener toda mi atención.
No podía permitir que una vez más se fuera a la mierda el casino.
Lo salvé una vez de las manos de un imbécil que, por un coño casi hace que perdiera todo lo único importante que había dejado mi progenitor.
Y si yo no me hubiese dado cuenta a tiempo, aquella arpía también me habría despojado de todo mi dinero y de mis bienes. Pero fui más inteligente y me liberé de esa garrapata chupadora de sangre.

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Amor Mortal
RomanceHelena, modelo reconocida de la marca de ropa más famosa de Italia, Raffaelli. Lleva una vida ocupada. Lo único que le importa es su trabajo. Los hombres la desean y abundan en su vida como las abejas en la miel atraídos por su belleza exótica. Su...