Capítulo 33

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You Are In Love (Taylor Version) - Taylor Swift

Alexei

Estaba de pie ante el espejo de cuerpo entero en una de las tantas habitaciones de la casa, abotonado la camisa negra, ocultando los tatuajes de los brazos y el pecho.

A excepción de los tatuajes que sobresalen de mis manos y el cuello.

Alistándome para la ceremonia.

Llevaba el cabello atado en una coleta y la barba levemente recortada.

No quería cambiar nada de mi apariencia.

Helena se había enamorado del hombre con cabellos largos y enorme barba.

Y así era como iba a casarme con esa mujer.

La noche anterior dormí al lado de mi mujer, abrazando su pequeño y delgado cuerpo estrechándola contra el mío.

Acariciando su negra y sedosa cabellera susurrándole al oído lo afortunado que era por tenerla a mi lado y lo mucho que la amaba, hasta que se quedó profundamente dormida en mis brazos.

Escuchando su suave respiración hasta que concilie el sueño.

Al despertar, lo hice solo en la enorme cama, pero al girarme, la vi, estaba vestida solamente con la bata de seda, ante mis ojos, puso un pastelillo de chocolate con una vela encendida y clavada en el pan. Idéntico al que llevó a mi oficina exactamente un año atrás.

No pude evitar soltar una sonora carcajada y volver a recostar la cabeza en la almohada

La atraje a mí, sentándola a horcajadas de mis caderas.

Mirándola cantarme el feliz cumpleaños con voz suave y tranquila.

Tan entusiasmada.

Después, adoré su cuerpo con el mío.

Recordándole cuanto la amo.

Recordé el año anterior, cuando ella no tenía ni idea que aquel día era mi cumpleaños, pero de alguna manera, lo supo y se las ingenio en complicidad con Sonia para que mi cumpleaños no pasara desapercibido.

No quería que ella supiera lo vulnerable y deprimido me colocaba esa fecha.

E ignoraba por completo el hecho de que era mi cumpleaños.

Y me encerraba en mi oficina a ocuparme del trabajo antes de dirigirme al casino.

No tuve otra opción que echarla de la oficina.

Pero al ver lo decepcionada y enfadada que se colocó Helena, me sentí como un completo imbécil al haberla hecho sentirse como una tonta y la hice acercarse y aceptar el bendito pastelillo.

Compartiendo aquel trozo con una bomba de calorías integradas.

Mientras veía su rostro, tan cerca del mío, verla tan emocionada, me hizo quererla tenerla a mi lado para siempre.

No sabía cómo, pero me hacía bien tenerla a mi lado.

Ese es uno de mis momentos favoritos que he compartido con mi mujer antes de saber que me enamoré de ella.

Cualquiera podría decir que no era para tanto, que era común que un ser querido te llevará un pastel para tu cumpleaños, era lo menos que debían hacer para celebrar, pero para mí, era un acto tan especial e íntimo.

Que me permitió abrirme ante ella.

Esta fecha siempre tendrá un significado especial para ambos.

Ese acto, cambio la percepción que tenía de Helena.

Amor MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora