Capítulo 32

1.8K 66 3
                                        

Daylight - Taylor Swift

Alexei

Seis meses después

Mónaco, Francia

No me encontraba nervioso por casarme con mi mujer en lo absoluto.

Desde que descubrí que estaba perdidamente enamorado de Helena, deseaba pasar mi tiempo a su lado por lo que me restaba de vida.

Los meses que no estuvimos juntos, fueron un Infierno.

Me sentí perdido y miserable.

No reconocí que necesitaba a Helena.

Cuando me presenté ante la puerta de Helena. No dude en pedirle matrimonio. Pensé que me rechazaría y me echaría de su vida.

No iba a permitir que otro hombre la tuviera y disfrutará de su cuerpo.

No merecían su amor.

La amaba con locura, como nunca había amado a otra mujer antes.

Pasé más de una década intentando encontrar algo a qué aferrarme a la vida miserable que Maxim nos condenó desde que se casó con nuestra joven madre.

Juré no volver a enamorarme.

Vanessa estaba en el pasado.

Ahora Helena era mi futuro.

Juré que ninguna mujer volvería a entrar en mi vida.

Y aquí estaba, apunto de unir mi vida con la mujer que nunca creí que se enamoraría de mí.

Helena se convertiría en mi esposa en unas pocas horas.

Y no podía ser más feliz.

Quería que mi mujer tuviera la boda de sus sueños.

Todo saldría como lo habíamos planeado.

Le había dado total libertad para que eligiera todo lo que quisiera tener en nuestra boda.

Estuve con ella en todo momento, escuchándola emocionarse cuando escogió la decoración de la ceremonia y la recepción. Ayudándola a elegir la comida que se serviría en el banquete, el sabor pastel e ir juntos para llevar personalmente las invitaciones a los amigos cercanos de Helena.

Me encantaba ver a mi mujer emocionarse al saber el sitio que había elegido para celebrar el día más importante de nuestras vidas y ver como se le iluminaba mirada, fue un hecho que recordaré hasta el día de mi muerte.

Antes de Helena no era un tipo romántico.

Aborrecía las cursilerías, las flores y todo lo que tenía que ver con el romance, pero desde que Helena está conmigo.

Me he convertido en la especie de hombre romántico que haría y daría cualquier cosa por ver feliz la mujer que amo.

Era tan afortunado de tenerla en mi vida.

Helena había sufrido por mis acciones y mis actitudes que estuvieron a punto de separarnos.

Por mi culpa y mi terquedad, la iba a perder y tal vez nunca hubiese recuperado su amor y cariño.

Me encontraba organizando algunos documentos de nuevos clientes para el casino, antes de hablar con Alik.

Después de un mes, el casino había vuelto a operar con normalidad, recibiendo a más clientes corruptos dispuestos a perder y desviar dinero mientras se follaban a las mujeres mucho más jóvenes que sus esposas que trabajaban en mi casino y así ellos no tendrían que rendir cuentas a las autoridades y a los altos mandos.

Amor MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora