Capítulo 13

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Cali God - Grace Mitchell

Alexei

Veo a Helena subir las escaleras.

Al volver la mirada al frente. Sonia me mira con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho.

En cualquier momento comenzará a gritonearme.

- ¿Qué se supone que acaba de hacer, señor Alexei? -El tono con que el que me está hablando no es normal de ella.

- ¿Con qué? -Bufo.

- No me haga perderle el poco respeto que le tengo, señor Alexei. ¿Por qué le ha hablado de esa manera a la señorita Helena? -

- La he puesto en su lugar, Sonia. Nadie cuestiona mis acciones. Puedo hacer y deshacer cuando quiera. Es mi vida y yo decido que hacer con ella. No le debo explicaciones a nadie. Menos a ella. -

- ¿Acaso es ciego, señor? ¿No ha notado lo preocupada que se encontraba la señorita Helena? Estaba a punto de salir para buscarlo porque creyó que algo le había sucedido. Usted salió desde temprano y no se lo mencionó. La señorita Helena estaba emocionada de celebrar su cumpleaños con usted y pasó toda la tarde cocinando la cena. Se ha puesto un lindo vestido, se colocó los diamantes que le obsequió y se ha arreglado para usted. ¿Y qué es lo que hace? Vuelve tarde, borracho y aparentemente intoxicado a gritarle como si esa pobre chica no estuviera ya sufriendo bastante todos los días por el encierro a la que la ha obligado a estar por una venganza sin sentido. Me decepciona, señor Alexei. Por como la ha tratado. Como si fuera un trapo sucio -Da un paso al frente, tan enfadada que pienso en que me arrojará la taza de porcelana que está sobre la mesa de café.

Helena estaba enfadada y en estos momentos podría usar las fichas para obtener su libertad e irse a Italia.

Por cómo me he portado con ella.

¿Le daría su libertad?

¿Cómo reaccionaría si ella así lo decide?

¿Cómo pude olvidar del cumpleaños de Helena después de la llamada de Alik?

Permití que el pasado volviera a afectarme.

Permití que la traición de Alik y Vanessa tuviera control sobre mí una vez más.

- Desconozco lo que lo ha obligado a irse a refugiar al casino, beber y meterse esa porquería por la nariz. Pero debe disculparse con la señorita Helena ahora mismo -Me reprende.

- No voy a hacerlo. Ya le he dicho lo que pienso. No me disculparé por mis decisiones. El daño está hecho. -

- Escuche bien, señor Alexei. Si me he quedado trabajando para usted es porque necesito el empleo y lo aprecio demasiado, señor. Pero no voy a permitir que le falte el respeto a la señorita Helena. Hable con ella y explique lo que sucedió para que usted reaccionara de esa manera. Ella comprenderá. -

- No pienso disculparme con ella. Me voy a la cama. -

- Señor, usted es mi jefe, a veces necesita que alguien le llame la atención y le recuerde que está actuando como un idiota con esa mujer. Permítame un momento, vuelvo enseguida. Si intenta escabullirse, subiré por usted y lo obligaré a hacerlo tirando de las orejas si es necesario -Amenaza.

No me da tiempo de protestar y decirle lo que pienso al respecto y que ella solo es una empleada de esta casa cuando la mujer que lleva el control y limpieza de mi casa ya va de camino a la cocina.

Sonia vuelve instantes más tarde con un pastelillo con una vela encendida.

El pastelillo es de chocolate, particularmente parecido al que Helena llevó para mí en mi cumpleaños.

Amor MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora