El baile de navidad 1/2

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Ya sólo quedaba un día para el tan esperado baile de navidad, todos estaban emocionados porque el lugar se veía hermoso, había sido un esfuerzo en conjunto y estaba dando sus frutos. Estaban los ayudantes del grupo de segundo arreglando los últimos detalles en el gimnasio techado de la escuela, donde se llevaría a cabo el evento, junto a ellos, los de tercero apoyaban con los trabajos que eran un poco más difíciles.

—Tenten, deja ahí esas sillas —decía Sasori, señalando el lugar idóneo con su dedo índice, tanto él como otros de los estudiantes de su salón estaban encargados de la dirección, como apoyo al presidente.

—De acuerdo —respondió la castaña, asintiendo con la cabeza. Había muchas sillas amontonadas en una esquina, así que ella y otros estudiantes comenzaron a acomodarlas donde le indicaban. De reojo miró a Neji, quien estaba revisando algunos papeles, como si se tratara del ingeniero de una obra.

Aunque trataba de ignorarlo y de no darle en el gusto de verla triste, ella siempre terminaba pendiente de él, así que era difícil concentrarse en lo suyo y hacer como si él no estuviera ahí; sin embargo, apenas Tenten volvió a enfocarse en sus tareas, Neji fijó sus ojos en ella, lo hacía siempre que Tenten no se diera cuenta, no había otro modo de estar pendiente de la chica.

Por otra parte, se encontraba Hinata apoyada en una pared, mientras miraba tristemente a Naruto, que estaba sobre un andamio, pintando las paredes. No podía creer aun lo que había pasado con esa Shion, que ella fuera a darle un hijo a Naruto.

Aquel día, Hinata iba por el pasillo a buscar unas cosas que le habían pedido para preparar el salón del baile, estaba tratando de mantener un buen ánimo, a pesar de lo deprimida que se encontraba, pero sus pasos se detuvieron de golpe cuando oyó unas voces que discutían.

—¡Estoy embarazada! —escuchó gritar a Shion. Sorprendida, Hinata se acercó sigilosamente para ver, quería pensar que estaba equivocada y que esas voces no eran de quien pensaba, pero sus ojos no podían engañarla.

—¿Qué? —preguntó el rubio, su expresión variaba entre el miedo, el desconcierto y la sorpresa, era obvio que estaba aterrado.

—Es verdad, Naruto —aseguró Shion, bajando la mirada. Se llevó las manos al vientre y sonrió, actuaba como si estuviera feliz, como si todo hubiera salido tal y como ella quería—. Me hice una prueba, dio positiva.

—Pero... —Naruto retrocedió un paso, estaba pálido, parecía que se iba a desmayar en cualquier momento—. Eso no puede ser.

—Pero es verdad, te juro que no estoy mintiendo —la chica comenzó a llorar, al igual que Hinata, que de la impresión se le cayeron las cosas que traía en las manos.

Naruto oyó el ruido escandaloso de algo chocar contra el suelo y se volteó, quedando aún peor de lo que ya estaba; Hinata estaba parada ahí, y lo peor era que había escuchado todo.

—H-Hinata... —fue todo lo que pudo articular Naruto, antes de que la ojiperla saliera corriendo, dejándolo con las palabras en la boca.

—Y lo peor es que ella no estaba mintiendo —dijo Hinata para sí, en voz baja—. Ella de verdad está embarazada —apretando la tela de su playera de deportes, la chica estaba casi sollozando, no soportaba estar ahí sabiendo que Naruto tendría un hijo con esa bruja.

—¿Sucede algo, Hinata-chan? —le preguntó su amiga Matsuri al verla tan callada y sin hacer nada, estaba preocupada por ella, todas lo estaban.

—No... es sólo que... —la ojiperla se mordió el labio inferior, aguantando sus ganas de querer llorar—. No me siento nada animada con esto, la navidad... desearía que no fuera así —explicó, ni siquiera quería ir a esa dichosa fiesta, pero todas sus amigas le exigieron que no se dejara amedrentar por la loca de Shion.

Amores de Secundaria (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora