Los chicos se encontraban en pleno mes de Julio, en donde el verano y el sol pegaban más fuerte que nunca, ya había pasado un mes desde el inicio del periodo escolar y el grupo se había afianzado bastante con los alumnos nuevos; aunque Gaara y Matsuri continuaban peleándose como perros y gatos, mientras que Hinata solía pasar mucho tiempo junto a Sasuke, lo cual, de algún modo extraño, molestaba mucho a Naruto.
Durante el primer receso, Sasuke se encontraba en el patio bebiendo una soda, estaba a solas, ya que quería tener un poco de tiempo para pensar, pero se vio interrumpido cuando Karin, su fan número uno, se le acercó.
—Sasuke, hola, por fin te encuentro —le dijo la pelirroja, acercándose a él con una sonrisa seductora y pegándose un poco al chico, quién odiaba ese tipo de actos.
—¿Qué quieres, Karin? Estoy muy ocupado y no tengo tiempo para ti —dijo fríamente el Uchiha, ignorándola a pesar de la molestia que sentía, por lo cual, Karin frunció los labios.
—Qué pesado eres, pero eso me gusta de ti —agarró el brazo de Sasuke, pero éste se zafó de su agarre de inmediato y, en cuanto vio pasar a Hinata hacia el pasillo, decidió seguirla en silencio, provocando que la pelirroja observara con enfado a la ojiperla, esa chica ya se estaba comenzando a volver un fastidio para ella.
En el salón, Sakura se encontraba escribiendo en su diario de vida, solía hacerlo cuando se encontraba aburrida y no tenía nada mejor que hacer.
—¿Por qué será que no puedo dejar de pensar en él? —se preguntó, soltando un suspiro, para luego revolverse el cabello rosado. Odiaba sentirse así de confundida.
—¿En quién, Sakura-chan? —escuchó la voz de Naruto, que le dio un pequeño susto—. De seguro en mí, ¿no? —añadió el chico, sentándose junto a su novia, la cual cerró su diario a la velocidad de un rayo.
—C-claro, Naruto, ¿en quién más podría estar pensando? —contestó ella, ligeramente nerviosa, pero Naruto era tan distraído que ni cuenta se había dado de ese hecho, así que sólo sonrió como solía hacerlo.
Mientras lo veía sonreír, ella sólo podía pensar en lo culpable que se sentía por estarle mintiendo, porque no se podía engañar y, aun así, continuaba fingiendo que le gustaba Naruto, a sabiendas de que no era así.
—Hola, chicos, ¿qué hacen? —peguntó Matsuri acercándose a la parejita, ya que solía llevarse muy bien con ambos y, en general, con casi todo el salón, "casi todo".
—Hola, Matsu, nada interesante, ¿y qué tal tu día? —pregunto Sakura. Matsuri puso cara de fastidio, pues no podía pasar un día libre de incordios desde que había llegado a esa escuela.
—Pues más o menos, la verdad, es que con el idiota de Gaara molestando todo el día nadie puede tener paz, aunque luego voy a salir con alguien —comentó un tanto risueña, ya que aquella futura cita le causaba bastante ilusión, seguramente era lo único bueno que le había pasado en semanas.
—¿Y con quién, si se puede saber? —interrogó la curiosa peli rosa, entrecerrando un poco la mirada, lo que logró avergonzar un poco a su amiga.
—Eso es un secreto muy bien guardado —fue la respuesta de Matsuri, ya que no quería hacer alarde de eso, no pensaba hacerse ilusiones tan temprano con un chico al que poco conocía, aunque no podía negar que le atraía bastante.
—¡Va a salir con Sasori! —exclamó Ino desde el otro lado del salón, la cual estaba sentada al lado de Hinata, hablando de alguna cosa que no parecía lo suficientemente interesante como para evitar que oyera conversaciones ajenas.
—Gracias, Ino —murmuró castaña con sarcasmo.
—¿Así que la chica más desalineada y fea de toda la escuela tiene una cita? —habló Gaara, acercándose a la chica con aquella sonrisa burlona impregnada en su rostro, aquella que la exasperaba, que la hacía enfadar. Por su parte, al oír que ella tenía una cita con el idiota de Sasori, una extraña punzada se alojó en su pecho y sentía que burlarse de ella era lo único que la sacaría.
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Amores de Secundaria (Editada)
FanfictionEl amor verdadero puede llegar en cualquier etapa de la vida, no sólo cuando ya eres un adulto. Naruto y sus amigos aprenderán, a veces a golpes, cómo es amar y crecer al mismo tiempo. Madurar no es fácil, pero es parte de crecer. Historia re edita...