Una curiosa caída 2/2

386 35 68
                                    

—¿Cómo dices que se llama? —preguntó Temari a Matsuri mientras corrían juntas y charlaban para pasar el rato. Las dos se llevaban bastante bien, a pesar de no estar en el mismo año, se habían vuelto muy buenas amigas, quizá, debido a que tenían gustos parecidos.

—Se llama Sasori —respondió la castaña, mirando de reojo al muchacho de tercer año que jugaba al otro lado del gimnasio—. Pero tú deberías conocerlo, ¿no? —interrogó, ya que estaba segura de que él era amigo del chico que le gustaba a Temari, Itachi Uchiha.

—Sí, lo conozco, aunque nunca he hablado con él directamente —dijo, volteando a ver a su amiga con una expresión pícara en su rostro—. Pero te felicito, tienes muy buen gusto —añadió, sonriendo y empujando a Matsuri con una de sus manos, la cual se fue para atrás, cayéndose justo encima de Gaara, su peor pesadilla.

—¡Ten más cuidado, tarada! —gritó el pelirrojo, quién estaba en el suelo, debajo de la peli castaña, la cual aún no se había dado cuenta de la posición en que estaban. Las piernas de Matsuri estaban a rededor de las caderas de Gaara, mientras que sus manos se ubicaban por sobre sus hombros, además, sin querer, Gaara la había tomado por la cintura, notando lo delgada que era; una sensación muy incómoda lo invadió.

—No fue mi culpa, además, tú eres el idiota que se anda poniendo de amortiguador de caídas —dijo ella, tratando de parase, pero cuando se dio cuenta en la posición que estaban con Gaara se quedó paralizada y su rostro se puso rojo; sus labios estaban a sólo centímetros y ambos podían sentir el aliento del otro, incluso Gaara se había quedado como ido, hasta que reaccionó.

—¿Y qué esperas para pararte? ¿O te vas a quedar ahí toda la vida? —cuestionó el chico, mirando fijamente los labios rosados de la joven, parecían tener la forma de un corazón. Apenas dándose cuenta de que aún la sostenía por la cintura, la soltó de inmediato, pero sin dejar de verla.

—Claro que no, ni que estuviera loca podría estar toda la vida sobre ti, idiota —la chica se puso de pie y siguió corriendo, mientras Gaara —aun en el suelo— la veía alejarse junto a su hermana mayor, que no se paraba de reír.

Realmente le había gustado sentirla de esa forma, pero ¿por qué?

Naruto vio como Sakura se quedaba mirando al Uchiha menor, lo que le molestó mucho. Comenzó a correr a toda velocidad para adelantarse al chico, el cual notó que Naruto trataba de sobrepasarlo y corrió tras él para alcanzarlo. Ambos se enfrascaron de repente en una ridícula carrera,

—¿De qué se trata esto? —preguntó Naruto, corriendo tan rápido como sus pies le permitían, mientras fruncía el ceño.

—¡Lo mismo digo! —respondió Sasuke, corriendo casi a un lado de él.

—¡Pues yo pregunte primero! —insistía el rubio.

—¡No me importa! —fue la respuesta de Sasuke.

Ambos estaban tan ocupados de derrotarse el uno al otro, que hasta se olvidaron de sus compañeros, quiénes sólo podían pensar en lo idiotas que eran ambos.

—Vaya, ellos dos sí que tienen la llama de la juventud en sus corazones —decía un emocionado profesor de deportes, observando a sus dos alumnos correr con tanto ímpetu.

—¡No me van a ganar! ¡La llama de la juventud arde en mí! —gritó Rock Lee, comenzando a correr para alcanzar a los dos que competían.

—¿Pero qué rayos? —se preguntaron ambos al mismo tiempo, al ver como Lee los dejaba atrás y solo se veía una nube de polvo tras él.

—Que aburrido estar corriendo, se ve que este profesor no tiene nada mejor que hacer que torturarnos —decía Kiba desanimado y suspirando, aún no se percataba de que había una chica que no despegaba sus ojos de él.

Amores de Secundaria (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora