Matsuri se encontraba en su casa, estaba esperando a que llegara su novio para recogerla y se sentía bastante nerviosa. Llevaba varias horas arreglándose frente al espejo, incluso había seguido un tutorial de maquillaje coreano que encontró en internet y, después de batallar mucho con su cabello, logró que éste se viera liso y dócil, era algo con lo que Gaara la molestaba mucho al principio, se preguntaba qué diría cuando la viera así.
—¿Sí le irá a gustar? —se preguntó, mirando su reflejo, sus mejillas estaban rojas, se sentía muy ansiosa. Se había puesto un conjunto sencillo, una blusa de tela delgada y un short de mezclilla, no quería usar ropa que le fuera a resultar incómoda.
Por fin, después de un rato, el timbre sonó, dejando ver a Gaara del otro lado de la puerta, se veía demasiado guapo cuando vestía camisas del color de su cabello, el cual llevaba desordenado, dándole un aire más relajado que de costumbre. Cuando Matsuri lo miró, él tenía una sonrisa leve en su rostro.
—Hola, Matsuri. —La saludó, sus ojos se posaron sobre ella y no disimuló su expresión de sorpresa por lo bonita que estaba—. Te ves hermosa —dijo nerviosamente, no solía halagar el aspecto de las chicas con las que salía, pero con Matsuri no podía contener ese tipo de actitudes, después de todo, sus sentimientos por ella eran los más reales que había experimentado.
—Gracias. —La castaña bajó la mirada, avergonzada pero feliz—. Y tú te ves muy guapo, seguro que seré la envidia de todos al entrar de tu brazo.
—Puede ser. —Gaara rio una vez más, se estaba acostumbrando a que esa fuese una expresión frecuente en su rostro—. ¿Vamos? —preguntó, extendiendo su mano hacia ella, la cual Matsuri tomó enseguida.
—Sí, vamos —respondió, su sonrisa era amplia y deslumbrante.
Matsuri se despidió de su madre y se marchó hacia la fiesta junto a su novio, ambos estaban dispuestos a compartir una gran noche.
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En el lugar de la fiesta, por fin las cosas se habían prendido, todos los asistentes bailaban y se divertían alegremente, entusiasmados y enfrascados en su propia diversión. Aunque no todos estaban disfrutando. Sakura estaba sentada viendo a su mejor amiga bailar con su novio. Ella suspiraba sin hacer nada, no estaba de ánimos, porque se sentía ya lejos de aquella ciudad donde siempre había vivido y de todos sus amigos.
—Sakura, ¿qué te sucede? —Sasuke se acercó a ella y la tomó de la mano, levantándola y haciendo que se apegara a su cuerpo, aquello la tomó un poco por sorpresa—. ¿Estás triste?
—Un poco. —Las mejillas de la chica enrojecieron, pero bajó la mirada con expresión desanimada, no parecía que estuviera en una fiesta para nada, dada su poca exaltación.
—Oye, por favor, no ganas nada con estar así —dijo Sasuke, estrechándola suavemente entre sus brazos, hasta que sus labios rozaron el oído de la chica, en donde susurró—. Quiero verte sonreír, ya que no te veré en mucho tiempo, al menos quiero tener tu recuerdo sonriéndome, no triste como estás ahora.
—Sasuke-kun... lo siento... —Sakura se abrazó más fuerte a él, dejando que sus lágrimas se escaparan sin poder hacer nada.
—No llores —murmuró él—. No quiero verte sufrir, Sakura.
La peli rosa lo miró a los ojos cuando comenzó a sonar una canción lenta, que hizo que todas las parejas se abrazaran y comenzaran a bailar cuerpo con cuerpo. Ellos, haciendo caso omiso de la gente que bailaba, siguieron abrazados en un rincón alejado del resto, como si se escondieran del mundo.
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Amores de Secundaria (Editada)
FanfictionEl amor verdadero puede llegar en cualquier etapa de la vida, no sólo cuando ya eres un adulto. Naruto y sus amigos aprenderán, a veces a golpes, cómo es amar y crecer al mismo tiempo. Madurar no es fácil, pero es parte de crecer. Historia re edita...