─ chapter three

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VEINTITRÉS DE NOVIEMBRE

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VEINTITRÉS DE NOVIEMBRE. El primer partido de España en el mundial había llegado y era por eso que Alba y su hermano se dirigían al estadio donde se llevaría a cabo el partido contra Costa Rica, portando sus camisetas de la Selección Española, Álvaro con banderitas del país en sus mejillas, pintadas por Alba, y ella con glitter de los mismos colores adornando sus pómulos. Solo iban ellos dos porque Candela había decidido no asistir para preparar las cosas que tendrían que llevar a la visita de la Selección Argentina esa misma tarde, además de que sabía que si iba al partido para apoyar a los españoles el Cuti la iba a desheredar como hermana.

— ¿Decis que nos va a ir bien? —indagó Álvaro terminando de bajar las escaleras hasta los asientos que los hermanos tenían asignados.

En el camino, algunos españoles, sobre todo cercanos a su edad, los habían reconocido y les habían pedido con amabilidad sacarse una foto, y los dos habían aceptado con mucha buena onda sacándose algunas fotos y llegando incluso a firmar autógrafos.

Alba dejó sus cosas en su asiento, aprovechando para acomodarse el cabello que le estaba cayendo en la cara— Te juro que ya no sé que esperar después de lo que pasó ayer Vari, ahora tengo tremendo cagazo, porque si la Scaloneta tuvo un inicio así nada nos asegura que con España no puede pasar lo mismo.

— Sigo sin caer en lo que pasó con Arabia. —murmuró Álvaro tomando asiento.

— Igual no pasa nada, todavía tenemos muchas chances de seguir pasando y los dos sabemos que lo van a dejar todo ahí adentro, preferible que pierdan ahora que tienen margen de error y no más adelante. —Alba hizo una pausa, sacando su teléfono— Pero que paja perder, espero que estos ganen o me tiro de acá nomás, no estoy preparada para bancarme dos depresiones post partido.

— Un poco más de fe, Alba. —la chica alzó su mirada al escuchar esa voz conocida, una sonrisa formándose en su rostro cuando notó que se trataba de Sira Martínez, acompañada de su madre, Elena, y su hermano, Pacho.

Rápidamente, los hermanos Moreno se levantaron para saludar a los Martínez Cullell con entusiasmo. Alba y Sira se habían conocido gracias a Álvaro y Pacho que habían establecido una amistad varios años atrás, y desde entonces las dos chicas habían sido grandes amigas al igual que ellos dos, por lo que Elena ya los conocía a ambos.

— ¿Cómo estáis? ¿Cómo va todo? —indagó Sira tomando asiento junto a Alba, quedando entre ella y su madre, mientras Pacho se sentaba al otro lado junto a Álvaro— Hace mucho que no nos vemos, te he echado mucho de menos, hablar por el móvil no es lo mismo.

— Juro que quería viajar a España pero tenía varias reuniones y cosas que hacer en Argentina, y no me daban los tiempos para ir. —le dijo Alba con un puchero— Y ahora todo bien, ponele. Nerviosa porque bueno, ayer Argentina no tuvo el mejor comienzo, pero hay mucha fe para las dos Selecciones.

ENCHANTED | pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora