─ chapter nine

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— ¡AHÍ ESTÁ LA TRAIDORA! ¿Cómo es eso de que saliste a bolichear con los españoles?

Alba pegó un salto, llevando una mano a su pecho— La concha de tu madre Cuti, no me asustes así boludo. —la actriz cerró la puerta del departamento donde se estaban quedando Candela y Álvaro, acercándose a la mesa donde ellos dos estaban sentados tomando mate con el teléfono en frente. En la pantalla podía verse al Cuti, Lisandro y Nahuel tomando mates— ¿Por qué no me dijeron que estaban en llamada con ellos? Hubiese venido antes.

— Pensamos que todavía estabas durmiendo, como anoche llegaste bastante tarde. —explicó Candela sonriendo, recordando que su cuñada había llegado unas horas después de ellos, luego de haber salido con Pedri y los demás miembros de la selección española.

— ¿Qué onda, negra? ¿Cómo lo pasaste? —preguntó Nahuel con una sonrisa, mientras Alba tomaba asiento junto a Álvaro, entrando en el enfoque de la cámara también.

— Bien, me duelen una banda los pies pero re bien, pensé que la música iba a ser chota pero al final terminaron pasando altos temazos.

— Vas a salir a comer con nosotros hoy, ¿no? —indagó ahora Licha— Muri ya hizo la reservación para la noche.

Alba asintió— Obvio, a la tarde me pego una siesta porque sino me quedo dormida antes de que traigan la panera, pero estoy adentro.

Para celebrar el pase a los octavos, el grupo de amigos había organizado salir a comer algo tranquilo a la noche en uno de los restaurantes de Qatar. Si bien en la visita al predio de las familias y amigos ya habían festejado el pase con una mateada todos juntos, y se llevaban todos muy bien, la amistad que Alba tenía con el grupito de Cuti, Lisandro y Nahuel era mayor. Desde que se habían conocido con el Cuti, gracias a Candela, el jugador había pasado a ser una amistad muy importante para Alba, y tiempo después a él se le sumaron Lisandro y Nahuel. Siempre que podían estaban hablando boludeces por el grupo de WhatsApp que tenían o hacían videollamadas desde los distintos lugares en los que se encontraban gracias a sus clubes.

— Invitalo al pájaro loco. —ante las palabras del Cuti todos se quedaron recalculando.

— ¿Qué dijiste Cristian? —preguntó Candela con su ceño fruncido, por ahí había escuchado mal.

— Que invite al pájaro loco dije. —todos continuaban sin entender, mirando al Cuti como si hubiese pirado. El cordobés chasqueó la lengua— El pájaro ese con el que tenés onda, pelotuda.

Fue entonces que entendieron a lo que el jugador se refería, Lisandro carcajeó tendiéndole el mate mientras los demás se tentaban al ver la expresión frustrada del Cuti— Es canario, boludo.

ENCHANTED | pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora