─ chapter six

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— QUE OLOR A MIERDA POR FAVOR, ÁLVARO.

— Ah porque vos cagas con olor a flores, ¿no?

Alba puso una expresión de asco al pasar por la puerta del baño que estaba ligeramente abierta, en un intento por ventilar el pequeño cuarto en el que Álvaro había pasado la mayor parte de su día.

La noche anterior, él y Candela habían ido a comer a un lugar que se caracterizaba por la cantidad y la variedad de especias que les colocaban a los alimentos y al parecer el organismo de Álvaro no estaba preparado para ello y no estaba reaccionando muy bien. El actor estaba hecho bolsa, con dolores de panza terribles, nauseas y vómitos, además de que se la había pasado todo el día sentado en el inodoro.

— Pero, ¿cuánto comiste anoche? —indagó la menor entre los tres, observando como Álvaro agarraba el té que Cande le había dejado sobre la mesa mientras en el microondas se calentaba la comida que Alba había traído para comer con su cuñada.

— Ya te dije que comí poco, pero la cantidad de condimento que le meten a esa porquería dios mío, en mi puta vida vuelvo a comer algo como eso. —el actor hizo una mueca cuando una nueva oleada de retorcijones lo invadió.

— ¿Entonces mañana no vas al partido?

Su hermano negó con su cabeza antes de darle un sorbo al té, haciendo una mueca de asco ante el gusto amargo— A menos que quieras que me cague en medio de las gradas.

Alba miró a su cuñada, que estaba sacando lo que parecían ser una especie de burritos del microondas, para ponerlos en la mesa donde Alba ya había colocado vasos y servilletas de papel— ¿Vos, Cande? ¿Vas a ir?

Le mencionada también negó con su cabeza— Ya hablé con Karen y mi hermano, le van a dar mi entrada a una amiga de Karen para que no se desperdicie, la cábala con Álvaro es mirar los partidos en el mismo lugar, así que si se queda yo también me quedo, va a ser este partido nomás.

— ¿Y vos, Vari? ¿Qué vas a hacer con tu entrada?

— Ni idea, tendría que buscar a alguien para que la use, me da pena tenerla y que no se vaya a usar.

— Invitalo a Pedri.

Al oír lo que Candela había dicho, tanto Álvaro como Alba se giraron para mirarla, el primero con una ceja alzada y la segunda con sus ojos abiertos de la sorpresa. Ciertamente no había esperado escuchar eso.

— ¿Qué? —preguntó la más joven de los tres, para asegurarse si había escuchado bien o estaba flasheando.

— Dije que lo invites a Pedri, Alba.

— Eu, es una buena idea esa. —Álvaro observó a su hermana con una sonrisa— Un paso más en el plan "Volverme el cuñado de Pedri González".

— Me parece que todavía tenes esos condimentos encima vos, y te están haciendo delirar. —Álvaro soltó una carcajada notando la mirada de su hermana.

ENCHANTED | pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora