─ chapter eighteen

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LOS DÍAS PREVIOS A LA FINAL DEL MUNDO habían sido de los mejores para la pareja aún no oficializada, y es que habían aprovechado cada momento que tenían disponible para hacer cosas juntos que no llamaran demasiado la atención y que continuaran dentro de las cosas que dos amigos podrían hacer sin problemas cuando estaban en lugares públicos, dejando las muestras de afecto para cuando estaban a puertas cerradas.

Habían aprovechado a hacer actividades bastante variadas, que habían logrado que se conocieran mucho más y que descubrieran aún más cosas que compartían o que disfrutaban hacer juntos. Habían ido a un escape room acompañados de los demás, donde habían fracasado de manera estrepitosa tratando de salir antes de que el contador finalizara, pero las risas no habían faltado y sin duda había sido una experiencia única; habían ido también varias noches a un karaoke, y Pedri había quedado completamente maravillado con la voz de Alba, si fuera por él la tendría a su lado cantándole 24/7 porque su voz le parecía sumamente preciosa y relajante, otra cosa más para agregar a la lista de cosas que adoraba de Alba, y parecía que esa lista jamás tendría fin; habían aprovechado para ir a unos espacios donde habían muchos juegos vintage e incluso habían ido solo ellos dos a una clase de cocina, y a Alba le había quedado claro que las habilidades para cocinar se las había llevado todas Fernando.

Y como si todo eso no hubiese sido suficiente, también habían tenido que salir a celebrar. Porque la misma noche en la que ellos se habían quedado solos luego del partido contra Croacia, Álvaro le había pedido casamiento a Candela luego de que salieran del restaurante, los dos solitos, y ahora estaban comprometidos. Alba se había largado a llorar de la emoción, completamente feliz por su hermano y su cuñada, aunque no había sido la única, porque, aunque tratara de negarlo, el Cuti también había lagrimeado.

— ¿Ya terminaste macumbera? —ante la pregunta de Álvaro, Alba frunció el ceño, dejando a un lado las cenizas del sahumerio que acababa de consumirse por completo.

— ¿Cuántas veces te tengo que decir que no es macumba, pelotudo? Es para limpiar las energías, hoy lo necesitamos más que nunca.

— Vamos a llegar tarde, Alba.

La actriz colocó sus ojos en blanco— Faltan como dos horas para que arranque el partido, dejame hacer las cábalas tranquila loco, yo no te jodo cuando vos haces las tuyas.

— Probablemente porque no involucran intoxicarnos a todos con humo de dudosa procedencia, mamita.

Mientras los dos hermanos seguían discutiendo, Candela se encontraba tomando mates con los tres españoles que miraban la escena con diversión, ya acostumbrados a esas situaciones entre los Moreno. Pedri, Fer y Gavi compartiendo un mate porque lo tomaban dulce, mientras que Candela tomaba amargo en otro aparte.

ENCHANTED | pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora