─ chapter twenty-five

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EL SPOTIFY CAMP NOU ESTABA que explotaba de la cantidad de gente que había dentro y es que iba a llevarse a cabo uno de los partidos que la gente más esperaba. Había llegado el momento del clásico entre el Barcelona y el Real Madrid en LaLiga, y eso estaba revolucionando a toda España.

Habían pasado varias días desde el partido del azulgrana con el Manchester United en Old Trafford, y las cosas habían vuelto más a la normalidad. El Barcelona había continuado jugando varios partidos obteniendo victorias y manteniéndose punteros en la tabla, Lewandowski había regresado de su lesión en el partido anterior contra el Athletic, y era ya el momento también del regreso de Pedri luego de estar fuera por al menos un mes gracias a la lesión.

— Alba, ya tenes la camiseta de Pedri, en varias versiones, ¿para qué querés otra? —Candela miraba a su cuñada confundida mientras daban vueltas por la tienda del club que había dentro del estadio.

— Porque esta es una edición especial Cande, una vez tuvieron una con una lechuza que representaba el disco de Drake y ahora, como siguen colaborando con Spotify, eligieron a Rosalía como la artista a representar y las camisetas van a tener un diseño relacionado a eso.

Las dos se encontraban en el área de las camisetas, y no eran las únicas ahí. El lugar estaba abarrotado de gente, y entre toda esa marea de gente también tenían que estar Álvaro y el padre de los hermano Moreno, Rogelio. Al ser el clásico, y aprovechando que ese fin de semana no tenían ningún compromiso, Álvaro y Candela habían viajado a España para poder asistir al encuentro entre ambos equipo, y de paso se había sumado también Rogelio que siempre que podía miraba los partidos con sus hijos.

— A veces creo que ustedes ya tienen una obsesión poco sana. —murmuró Candela viendo como Álvaro aparecía entre la gente junto a su padre, los dos con la versión de la camiseta que Alba le había comentado entre sus manos.

— Puede ser, pero es una obsesión que no lastima a nadie. —le dijo Alba riendo y encontrando por fin la camiseta de Pedri en su talle, dispuesta a dirigirse hacia la caja para poder pagarla.

Al salir de la tienda, los cuatro se dirigieron a la parte VIP del estadio. Esa zona que estaba muy cerca de la cancha, gracias a lo baja que estaba, y que les permitía tener la mejor visión posible del campo, los jugadores y todo lo que pasaba. La zona donde estaban ubicadas por lo general las familias de los jugadores y donde al llegar se encontraron con la familia de Pedri.

Alba sonrió con dulzura cuando María la atrapó en un abrazo cálido, completamente emocionada por verla ahí, a pesar de que el día anterior habían comido todos juntos en la casa del padre de Alba donde por fin su padre y los de Pedri se habían conocido. Y Alba estaba orgullosa de decir que todo había salido absolutamente bien, y en esas horas que había durado el almuerzo, su papá había entablado una nueva amistad con los de Pedri. Luego fue abrazada por el padre de Pedri y finalmente por su hermano, estaba bastante claro que la familia González adoraba a Alba.

ENCHANTED | pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora