"Solo hay dos momentos en que quiero estar contigo: Ahora y para Siempre"
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— Desde ahora deben llamarla sultana...Sultana Aysun. — escuche la voz de daya hatun
Me adentre al harem y las concubinas con la cual estaba hablando junto a ella...Se reverenciaron.
Se sentía extraño.
— Mi Häseki...— Dice daya con alegría — que gusto tenerla aquí.
No dije nada y camine hacia mi habitación, las concubinas se pusieron en filas y se inclinaron ante mi paso, las mire algo sorprendida.
Realmente esto se sentía extraño, entre una mezcla de poder y vergüenza.
Firuze se acercó y se reverencia.
— Mi sultana, sus aposentos, ha sido mudada a unos nuevos.
— ¿Que? — dije desconcertada
Me gustaban muchos estos nuevos.
— Sus nuevos aposentos son apropiados para la esposa del sultán. — respondio con calma
Dicho esto ella me pidió que la siguiera, así lo hice, caminamos por varios pasillos, para luego subir una escalera.
Una gran puerta me hizo soltar un jadeó de sorpresa.
— Estos aposentos fueron construido especialmente para usted, tienen sus propios baños también una gran terraza y por última pero no menos importante es espacioso y tiene espacio para sus descendientes. — Haçi äga dijo con una sonrisa
Sentí algo quemarse dentro de mi pero aún así sonreí, abrieron las puertas y me sostuve de firuze porque tuve un gran mareo.
— ¿Se siente bien? — dijo con una sonrisa
Asentí, y admiré mis aposentos, dios eran tan grandes como los de la madre Sultana, la cama era el triple de grande y no se diga más del armario.
mire las flores que reposaban en un pequeño escritorio y en varios puntos de la habitación y entre.
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