Me despedí de mi sultán y salí en dirección a mis aposentos, para luego ir a los baños realmente necesitaba uno, la gente aquí no acostumbra a bañarse todos los días.
Estaba caminando por el harem y cientos de murmullos se escuchaban en todas partes, las muchachas me criticaban y solo algunas, las cuales se podían contar.
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— Oh señorita Güyçli al fin llegas...— la voz chillona de Sheryl llamo mi atención
Me di la vuelta de mala gana, estaba de muy buen ánimo para que está me lo quité.
— Mi nombre es Aysun! — dije en un susurro, ella levantó una ceja — ¡Desde ahora todas me llamarán Aysun! — dije alto para que todas me escucharán.
Todas empezaron a susurrar.
— ¿Y porque te debo llamar así?
— el sultán me ha nombrado..— dije sonriendo
Ella puso una cara de molestia.
—Ahh, te crees más que nosotras solo porque eres el nuevo pasatiempo del sultán, te recuerdo que Melek también empezó así. — dice con malicia
— Ah, no me compares con Melek, ella y yo somos muy diferentes, por lo menos ella tiene algo y tú solo te pasarás la vida entera criticando en el harem. — conteste
La escuché gruñir bajito.
— Eres una maldita...— susurró.
— ¡Conmigo no te sale! — escupí — Yo no soy Melek. — advertí
Camine hacia Dayana Hatun, la cual miraba la situación asustada..
— No debes pelear en el Harem, las que lo hacen no vuelven al Harem luego de ser castigadas..— dijo desde que llegué a ella..
— ¡No te preocupes! En este palacio hay muchos misterios y muy pronto lo descubriré. — dije
— ¡Deja de meterte en problemas mujer! — advirtió ella
— No Dayana...— dije bajito — no dejaré que me maten.
Estaba de muy buen humor, y no dejaré que me lo dañen..
— Y cuéntame ¿Como fueron estos 5 días sin mi? — pregunté con una sonrisa
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