{Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más} Oscar Wilde ☆
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Gölge traía arrastras a Ayşe, esta gritaba sin parar, las concubinas salieron a observar el show.
- ¡ALLAH! DEJAME
Todo paso tan rápido.
- ¡SULTANA MARIAN! - está la miro desde el balcón con seriedad.
Los gritos se escuchaban estas los aposentos del sultán, firuze esperaba en la puerta y miro con diversión a Ayşe mientras esta trataba de Zafarse de las grandes manos de gölge.
Con delicadeza abrió la puerta.
-Señorita Ayşe ¡bienvenido! Espero y disfrute su estadía. - dijo con una falsa sonrisa.
Esta la miro entre lágrimas y suplicas gölge la arrastró hasta los pies de su sultán.
Ella examinó la habitación, topándose con la fuerte autoridad del sultán y una mujer despalda cubierta por una tela.
-Mi sultán... Perdóneme caí en la tentación. -Dijo entre sollozos
Este la miro desde su posición, deseaba matarla, pero dejaría que su amada luna decidiera sobre su futuro.
Camino hasta Güyçli y le tendió la mano, esta dudo por unos segundos, pues se encontraba débil y su rostro no era el habitual.
La tomó y se levantó con lágrimas en sus ojos.
-La decisión es tuya. -dijo el sultán mirando a su amada - Llevarla al calabozo, expulsarla del palacio o si así lo deseas...Solo ordénalo y la mataran.
El miraba a la muchacha con asco, gölge permaneció en silencio y firuze escucha todo desde la puerta.
Aysun miro a la muchacha antes llamada Sheryl siempre estaba merodeando en el harem y molestando a todos, a sus pies, pidiendo piedad.
Aunque le había causado daño ella no pensaba en lastimarla en lo absoluto.
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En el harem todo estaba en absoluto silencio, nadie se movía, nadie hablaba, Marian sultán estaba nerviosa, aunque su hermano no creería nada de lo que saliera de la boca de esa mujer.
Bülbül haga se acercó hasta daya kalfa la cual, mirada todo el harem con seriedad y nerviosismo, estaba en problemas, sus sultanas estarán enojadas.
-Estas en problemas daya... Ella estaba baja tu responsabilidad, y no la cuidaste.
-No tengo mil ojos Aga...debo servir a mi sultán o criar una hija.— contesto con molestia
El harem se sorprendió al ver nuevamente a Ayşe, sana y salva, con rasguños iguales a los de Aysun en su rostro.
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- ¿Porque la perdonaste?
El sultán observaba el rostro triste de su amada, no entendía, otra concubina la abría sacado del camino, se abría vengado.
El entendió que su amada, no era igual a todas, que su corazón era puro e inocente, y eso hacía que el la amara más.
- Es horrible...Soy horrible, no me mires. - dice mirando hacia un lado.
Él toma su mentón, para que ella lo mirara nuevamente.
- Desde el primer momento que te vi, sabía que tendrías más belleza que cualquier otra mujer, y ahora también, demuestras tu infinita clemencia.
El la miraba con adoración.
-Ayşe no es culpable, ella no es la razón de lo que me pasó.
- ¿Soy yo? ¿El que causa todo el mal? ¿El culpable de todo esto? — pregunto con el celo fruncido
Él lo mal entendió. Y ella no estaba dispuesta a explicarle.
- Mi padre solía decir existen tres diosas del destino, las diosas apenas uno nace empiezan a hilar el hilo de nuestro destino, amarran a personas, hogares, ciudades todas juntas en un tejido con nudos invisibles, donde sea que vayas, hagas lo que hagas, ni puedes escapar de ello. - dijo mirándolo fijamente
-los hilos de nuestro futuro estan unidos aysun. Ya te lo he dicho, nada es por coincidencia. — dijo buscando su mirada
Ella sonrió y se levantó.
-Lo se amado mío. Pero quizás deberíamos tejer esos hilos con nuestras propias manos.
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Todo el harem miraba como la pobre Aysun caminaba hacia su habitación, su rostro destruido y su pelo disparejo, algunas la miraban con pena, y otras con diversión y algunas sin interés.
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Subio hasta su habitación, firuze la esperaba junto a gölge, las cuales miraban a Aysun con pena y miedo, solo daba a entender una cosa..
Algo malo muy pasara.
—Estamos en problemas.
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