¡DEJEN DORMIR A MINNIE!

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Editado.
Nuevo material.

Dedicado a YinaVazquez que es una persona perversa pues se a aprovechado de mi corazón de pollito para manipularme y actualizar... Pero adoro que comentes, no lo dejes de hacer.

Cuando el desayuno estuvo hecho y listo para ser degustado, las empleadas de la casa acomodaron todo en la mesa, extrañadas un tanto por ser ellos quienes se servirían y no con la orden de servir platos pero bueno, ¿quiénes eran para llevarles las contra a sus jefes?. Además que era mejor, trabajo menos.

Nam fue el encomendado de ir a despertar a Jimin y traerlo al comedor. Las medicinas habían llegado hace unos minutos al igual que el cabestrillo y era necesario medicar y cambiar la venda por algo más profesional.

-Nam ya vez por Minnie, debe tener hambre.

-¿Estás seguro amor?- sus ojos brillaban en algo de terror e inseguridad. -¿Por qué no vas tú o Hoseok?. Digo, yo puedo, claro que puedo pero... No puedo.

-Vamos, no digas esas cosas. Eres un excelente papá y Jimin lo sabe, todos lo sabemos. ¿Es acaso que sufres de Alzheimer y ya has olvidados las veces que lo bañaste, arropaste, jugaste con él y hasta le enseñaste a escribir su nombre?

Las pestañas de Jin revolotearon con orgullo, eso dió más seguridad en Nam. Su esposo si que sabía cómo animar a las almas perdidas, por algo era un productor genial, tenía el toque, ese que le enamoró.

-Te amo.

-Te amo.

Y un beso fue la despedida. Namjoon no necesito más que eso para tener valentía y subir las escaleras, doblar el pasillo, caminar, abrir la puerta, acercarse a Jimin y...

Y quedarse ahí parado sin hacer ni decir nada.

Definitivamente parecía un acosador, ahí erguido, sin mover músculo alguno, sin apartar la vista de pequeño chiquillo y en completo silencio.

¿Debía solo llamarle por su nombre?. ¿Debía darle un sacudón?. ¿O debía solo cargarlo y bajar con él?. Todas parecían malas opciones. ¿Se entendía?. Ya ya, esto estaba siendo más frustrante de lo que se imaginó. No debía ser así, estábamos hablando de un magulladito dormilón.

Con un gran suspiro se mentalizó recordando y repitiendose las palabras de su marido en el comedor.

-Tú puedes Nam, vamos, no es un oso ni un león que domar, solo es un Minnie lastimado y delicado, siendo por primera vez little que usa pañales de abejitas, que llora y...

Ok, sus porras estaban poniendolo más nervioso de lo que llegó. Cortó su auto conversación y sacudió los malos pensamientos de su sistema.

Al abrir los ojos y respirar de nuevo, sintió la purificación de la decisión. Él era Kim Namjoon, esposo de Kim SeokJin, papá de un Little precioso llamado Park Jimin con quién había visto como cincuenta capitulos de Bob Sponja a la semana, lo había bañado múltiples veces y que le arropaba en las noches deseandole dulces sueños. Podía con esto y más.

Con seguridad a gran medida —aunque no completa—, se agachó lo suficiente para quedar a centimetros justos del rostro de su nene.

-Jimin, Jimin... Despierta, vamos pequeño flojo, hay que comer.

Pero el bebé parecía seguir bastante sedado, sus gestos de disgusto marcaban sus cejas y nariz, los labios se torcían saboreando el aire y su mente renegaba el despertar.

-Eres un dormilón Jiminnie, te pareces a Yoongi y Hoseok cuando duermen.

Una risilla divertida se escapó de Namjoon, luego al notar su dificultad por abrir los ojos decidió sentarse en la orilla haciendose espació en lo acolchado de su barrera de almohadas, truco de la abuela a falta de cuna.

OJITOS MIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora